Negro pastel

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El sol se asomó por la ventana esa fría mañana, dando por comenzado un día más en el cual tendrían que reprimir los instintos asesinos que tiene cierto pálido hacía su padre

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El sol se asomó por la ventana esa fría mañana, dando por comenzado un día más en el cual tendrían que reprimir los instintos asesinos que tiene cierto pálido hacía su padre.

Yibo poco a poco se levantó algo adolorido, pues tuvo que dormir en el sofá debido a que su pequeño Gege se había adueñado de su habitación.

Somnoliento se quedó un buen rato mirando una chancla, tratando de investigar telepáticamente de quien era; así hasta que escuchó un gritó desde el pasillo de su habitación.

-¡Alerta amarilla, alerta amarilla! -se escuchó que Darren corría cómo desquiciado por todo el apartamento, y su humor mañanero hizo de las suyas.

-¿De que mierda hablas, Darren? -preguntó de mala gana mirando con recelo al pelinaranja.

-¡Se nos escapo Zhan! -tan sólo esas palabras lograron despertarlo por completo y lo hicieron comenzar a sentirse preocupado; ah, y también despertaron a Cheng, el cual había dormido en el piso de la cocina por falta de muebles cómodos.

-¡¿Cómo que es eso de que se nos escapó la wawa?! -gritó Cheng sorprendido. -¡Dijo que lo cuidaría, Gege! -reprendió con un puchero mirando con desaprobación a Darren.

-¡No se preocupen! -dijo Bo tratando de calmar la situación. -Lo llamaré. -dice mientras saca su celular y marca el número del azabache chico.

Entonces el celular comenzó a sonar en la sudadera de Cheng, haciendo que ambos mayores lo mirarán con una ceja alzada.

-Darren me dijo que se lo quitará. -e excusa rápidamente. -Es su culpa.

-Después me agarran a escobazos, ahora salgamos a buscar a mi bebé -dijo Darren, tomó una hoja de papel ya anotó una dirección en él, para posteriormente entregárselo a Yibo. -Yo iré a la casa de la tía de Zhan, tal vez fue a ver a su madre, -comenta mientras se pone sus zapatos al igual que los otros chicos. -tú Bo, irás a su casa, esa es la dirección, -el mencionado mira aquel papel. -y tú, Cheng, es mejor que te quedes por si regresa.

Ambos asintieron sin rechistar, y cada quién se fue por su camino, excepto Cheng,, quién pidió algo comida a domicilio para que Zhan desayunara si volvía.

Ambos asintieron sin rechistar, y cada quién se fue por su camino, excepto Cheng,, quién pidió algo comida a domicilio para que Zhan desayunara si volvía

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Yibo caminaba mirando las casas buscando una particularmente. Estuvo un tiempo así hasta que pudo encontrarla, se relamió los labios con nerviosismo mientras le daba unos suaves golpes a la puerta.

Tres minutos, y nada. Decidió tocar finalmente el timbré, pues tal vez no lo habían escuchado, pero nuevamente no hubo ninguna respuesta.

-Disculpe, Joven. le llamo una de las vecinas; se acercó tímidamente a ella mirándola con curiosidad. -Si busca a la familia Xiao, lamento informarle que no se encuentran en la casa, no desde que paso el incidente de la señora -Yibo asiente lentamente.

-Pero, ¿No ha visto a Zhan desde ese día? -la mujer niega lentamente.

-No, lo siento. -soltó un suspiró cansado y cómo pudo le regaló una pequeña sonrisa.

-Gracias de igual manera. -se despidió formalmente de aquella mujer y emprendió su camino de regreso a su apartamento.

Esperaba que los demás tuvieran suerte

Devuelta en el apartamento, miraba con su ceño fruncido a su mejor amigo, el cual comía cómo si no hubiera mañana

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Devuelta en el apartamento, miraba con su ceño fruncido a su mejor amigo, el cual comía cómo si no hubiera mañana.

-Que agusto, tú. Comiendo como puerco ¡mientras el amor de mi vida estará en sabe dónde con quien sabe quien! -gruñó.

-Viejo, tu enojo es injustificado, sabes que cuando me siento ansioso o preocupado suelo comer de más. -el castaño soltó un suspiro cansado.

-Lo se, sólo que, todo lo que está pasando hace un tornado de emociones dentro de mí. -Cheng lo miró unos segundos, y después con una leve sonrisa le ofreció una alita de pollo, la cual Yibo con una media sonrisa aceptó.

-¿Tuvieron suerte, chicos? -preguntó Darren, ambos chicos negaron haciendo que bajara la cabeza con tristeza. -Yo sólo pude encontrar esto. -les muestra un plumón a ambos chicos, quienes confundidos fruncen el ceño. -Me lo dio su tía, la señora Liu, me dijo que si yo iba a a buscarlo me lo diera.

Yibo toma el plumón examinando detalladamente. -¿Negro paste con olor a flores edición limitada y única de la casa de papel con brillitos y un sticker de regalo?

-¿Y el sticker? 

-¡Cheng! -regañan ambos mayores al unísono , pues buscar a su azabache amigo era más impórtate que aquel sticker.

-a perdón. -dice con un puchero. -¿Por qué te dejaría esto? ¿Y que pedo con el nombre? ¿Ni para su propio secuestro es serio? 

-Mira, Cheng. -habla Darren mientras se sentaba en la mesa junto a sus amigos. -Zhan y yo tenemos un código, cada color tiene un significado para nosotros, en ese caso, un plumón negro significa soledad; Zhan trata de decirnos que necesita estar sólo un tiempo. Pero eso me preocupa realmente, so sé de lo que sea capaz.

Los otros dos se miraron entre si, y luego volvieron su vista al pelinaranja confundidos.

-Entonces, ¿por que no dejamos a Zhan solo? Es lo que él quiere, y acéptenlo, él realmente necesita estar solo, pensar por si mismo, confíen  en que no hará algo estúpido. -pide el pequeño castaño, quien se encogió en su lugar por la mirada de ambos mayores sobre él.

-Si, tienes razón. -concuerda Yibo con un suspiro. -Confió en que Zhan no hará nada estúpido.

Ambos menores miraron a Darren, quien con un suspiro asintió levemente, él también confiaría en que Zhan no saldría con sus babosadas.

Ambos menores miraron a Darren, quien con un suspiro asintió levemente, él también confiaría en que Zhan no saldría con sus babosadas

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¡Devuélveme mis plumones, Yibo! / 𝐅𝐢𝐧𝐚𝐥𝐢𝐳𝐚𝐝𝐚Donde viven las historias. Descúbrelo ahora