¡Devuélveme mis plumones, Yibo! / 𝐅𝐢𝐧𝐚𝐥𝐢𝐳𝐚𝐝𝐚

Tiempo para reflexionar

"Le seré sincero, si usted va y trata de... ya sabe, si hace eso no sería mejor que su padre, serían iguales, ¿quiere eso, Gege?"

Su cuerpo caminaba sin rumbo aparente pero su mente estaba perdida en aquellas palabras que taladran su cabeza cada una y otra vez, ¿qué clase de tortura era esa? Tal vez sea cierto; son palabras acertadas, las cuales debería tener en cuenta, pero en realidad lo estaban volviendo loco.

Sabía muy bien que su vida no era perfecta, la muerte de su pequeño hermano dejó un gran hueco en la familia, si es que ahora podía llamarla así. Cuando Yiyi falleció parece que se llevó la felicidad de su "padre" con él. Bueno, ¿Siquiera aquel repugnante ser podría ser llamado "padre"?

Siempre estuvo consiente del odio que le tenía aquel hombre, comparándolo cada que podía con su intachable y varonil hermano, mirándolo hasta con asco de ser un completo "afeminado".

¿Acaso nunca se dio cuenta que Yiyi y Zhan siempre tuvieron gustos similares?

Posiblemente no, recordaba cuando a mitad de las noches su pequeño hermano se escabullía a su habitación mientras lloraba por no tener el valor de confesarse homosexual frente a su padre.

Y es que, para ambos hermanos el apoyo y orgullo del señor Xiao lo era todo; no podían soportar una mirada de rechazo. Tal vez eso lo llevó a coquetear con LuLu,¿se enamoró de ella? No realmente, podríamos decir que fue un tipo de atracción y nada más.

A pesar de su rollo con Lu, nunca recibió ni una sola mirada de ese desgraciado. Y fue eso que lo hizo abrir finalmente sus ojos, que no toleraría más ser un perro en busca de aprobación.

Entonces empezó a reforzar su relación con Yibo; algunas veces e le hacía un poco graciosa la similitud que tiene su nombre con el de su difunto hermano, por un momento lo hacía creer en la existencia del "destino", algo de lo que no era muy creyente.

Y ahí fue cuando todo empeoró, Siempre creyó que su papá era capaz de cualquier cosa, menos de pegarle a su ESPOSA a la cual le había profesado amor eterno y protección.

Por eso se sentía culpable por el fuerte dolor que sentía su madre. Él, sólo él, Xiao Zhan era el único culpable de la desgracia que pasó su madre. Yibo no tenía nada que ver, ni siquiera sabía su situación en esos momentos.

Esa mañana en la que se fue del apartamento de Wang, lo primero que hizo fue visitar a su querida madre y pedirle perdón, que lo perdonará por sus acciones que la hicieron pasar un mal rato.

"No tengo nada de que perdonarte, mi niño. No fue tu culpa, por favor, no te tortures más con esto. Esperemos hasta me sienta mejor e iremos a levantar una denuncia en contra de ese malnacido, y finalmente podremos estar tranquilos tú y yo"

Detuvo su caminar, lo cual lo hizo levantar su cabeza frente aquel conocido edificio, el cual hizo que soltara una risa sin gracia. Al parecer su instinto siempre lo llevaría allí cuando se siente destrozado.

-¿Zhan? -preguntó con una gran expresión de asombro en su adormilado rostro.

-No, soy Santa Claus. -respondió con sarcasmo mirándolo con su rostro neutral. -¿Puedo pasar? -preguntó apuntando dentro del apartamento.

Haikuan rápidamente se hizo a un lado dejando que el mayor entrara y se tirara en uno de los sofás como si fuera su casa, bueno, prácticamente era su "segunda casa".

-¿Dónde habías estado? Cheng me llamó y dijo que te habías escapado. -abrazó fuertemente el cuerpo de su primo y sentía que la preocupación que lo estaba sofocando hace unas horas se desvanecía.

-Sólo salí a caminar un rato, necesita un tiempo a solas conmigo mismo. -suspiró mientras trataba gentilmente de apartar a Liu de su cuerpo. -¿Me puedes hacer un favor?

-Si es que quieres iniciar una red de narcotráfico, entonces no.

-¿Que? No, no es eso. -frunció su ceño.

-¿Entonces en que puedo ayudarte, mi querido primo? -lo miro curiosamente mientras se dirigía a la cocina lo más probable es que Zhan no haya ni desayunado, así que le haría algo para que comiera.

-¿Puedes no mencionarle a nadie que estoy aquí contigo? -Kuan soltó rápidamente su celular dejándolo sobre la mesa.

-No lo haré pero estarán preocupados por ti. -Zhan soltó un suspiro sabia que en estos momentos Yibo, Darren y hasta Cheng estarían en pánico buscándolo.

-Lo sé, pero si se enteran que estoy aquí no dudaran en volverme a raptar.

Ambos rieron levemente, y después de esto fue un cómodo silencio, lo único que se lograba escuchar, a parte del ruido exterior, era el cómo cocinaba Kuan a la par en la que tarareaba alguna canción que seguramente habría escuchado en el autobús.

Zhan mantenía sus ojos cerrados mientras escuchaba a Kuan, por alguna razón siempre se sintió seguro por el aura y la voz de su menor, porque sabía que él era el único que podía entenderlo del todo en su familia.