Café árbol

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  P t.2

Caminaba alegremente por las calles, casi le daban ganas de cantar como las princesas Disney, pero él tenía dignidad, que tal vez perdió al enamorarse del pálido, pero le gustaba pensar que tenían.

A lo lejos pudo divisar la figura del pálido azache, con una gran sonrisa comenzó a caminar más rápido para poder llegar a él, aunque parece que el destino esta en contra suya; pues término estampado contra el suelo junto a un pequeño chico, miró preocupado el ramo que había hecho su madre y suspiró de alivio al ver que no le había pasado nada; después concentró toda su atención en el chico, éste comenzó a murmurar disculpas mientras se levantaba e intentaba ayudarlo.

-Lo lamento, soy tan torpe, agh. -susurró, pero debido a que no estaban tan lejos el uno del otro fácilmente Yibo pudo escucharlo regalándole una sincera sonrisa.

-No te preocupes, los accidentes pasan, ¿no? -respondió risueño, el menor lo miró con un brillo en sus ojos almendrados, contagiado por la sonrisa del castaño también sonrió.

Después de unos segundos ambos volvieron a la realidad, dejando de verse a los ojos, con una reverencia ambos se despidieron, entonces así nuestro Yibo siguió su camino hacia Zhan quién seguía esperando en el mismo lugar que minutos antes, y cuando finalmente estuvo a su lado ambos se sonrieron.

-Bo, ya creía que me ibas a dejar abandonado. -hizo un puchero haciendo que el menor sintiera las tan conocidas e incómodas mariposas en el estómago.

-¿Como cree que sería capaz de dejar plantado a mi Gege favorito? -respondió indignado logrando sacar una risa del pálido que lo lleno de una inexplicable felicidad. -Ten, para ti. -le dijo entregándole el ramo que nunca soltó, Zhan lo recibió gustoso mirándolo detalladamente sonriendo al ver los plumones que sustituían al tallo.

-Son geniales, BoBo. -respondió con una sonrisa, observo el plumón y sonrió en grande al reconocerlo. -¡No te pases Yibo! ¡¿A c-caso este es el plumón café árbol de bosque con olor a lluvia de caramelo?! -gritó con emoción, tomó el rostro del menor y le beso la frente como mil veces, a este punto ya pueden imaginarse al Yibo todo pendejo y rojo. - ¡Te amo un chingo, hijo de tu santísima madre!

Yibo sonrió una vez más, amaba ver al pálido tan feliz.

Cheng miraba desde unos arbustos con sus binoculares, estando pendiente de cada detalle de la cita de su mejor amigo, pues no se confiaba de aquel pálido, su amigo era demasiado sensible, con cualquier falta de atención ya estaría destrozado

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Cheng miraba desde unos arbustos con sus binoculares, estando pendiente de cada detalle de la cita de su mejor amigo, pues no se confiaba de aquel pálido, su amigo era demasiado sensible, con cualquier falta de atención ya estaría destrozado.

Y confirmó eso al ver como LuLu y Zhan se encontraron y comenzaron a hablar dejando al castaño de lado, gruñó, estaba apuntó de salir de su escondite e ir a moler a golpes a aquel estúpido. 

Bueno, es era la idea hasta que cierto futbolista se sentó a su lado.

-Con que espiando a las personas, sabía que eras un acosador, pero no lo quería creer. -se burló el castaño de rizos, el castaño oscuro comenzó a balbucear mirando con su rostro rojo de vergüenza al mayor.

HaiKuan soltó una leve risa, y le invitó a por un helado, ¿y quien era él para rechazarle algo a su crush? 

Tal vez ese día Yibo tenía que arreglárselas sólo, o simplemente quedarse callado mientras su corazón se rompe en pedazos, como lo está haciendo ahora.

¡Devuélveme mis plumones, Yibo! / 𝐅𝐢𝐧𝐚𝐥𝐢𝐳𝐚𝐝𝐚Donde viven las historias. Descúbrelo ahora