Rosa bufanda

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Zhan soltó un suspiró lleno de tristeza, y no era porque se estaban mudando de su ahora antigua casa, si no que la culpa le seguía reprendiendo la consciencia

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Zhan soltó un suspiró lleno de tristeza, y no era porque se estaban mudando de su ahora antigua casa, si no que la culpa le seguía reprendiendo la consciencia.

"No es tu culpa, Zhan, deja de pensar en eso" se decía una y otra ve tratando de consolarse a sí mismo. Miró las cajas en el piso y después miró a su madre que venía bajando de las escaleras, así que no tardó en ir a brindarle ayuda.

Una vez los de la mudanza les ayudarán a subir sus cosas en el camión; Zhan sacó su celular para poder mirar bien la hora, debido a que Yibo lo había citado en la heladería que se encontraba cerca del apartamento de Yibo.

Últimamente aquel tierno castaño le ha estado pidiendo desde citas, salidas con los demás chicos y noches de cine en su apartamento, cosa que a pesar de parecerle un poco extrañas, lo hacían quedar más rendido a los pies de su menor.

-¡Zhan, ya vámonos! -se escuchó el gritó de la señora Xiao. El pálido salió de sus pensamiento rápidamente y corrió hasta el auto en donde se encontraba su madre.

 El pálido salió de sus pensamiento rápidamente y corrió hasta el auto en donde se encontraba su madre

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-Me quiere, me ama, me adora... -murmuraba Yibo a la vez que arrancaba los pétalos de una flor que había arrancado de la planta de su vecina.

Igual aquella vieja no le diría nada, le podrían robar el macetero completo y ni cuenta se daría.

Dejó de torturar la ahora marchita flor al ver como su adorable no-novio se acercaba a él tranquilamente. Una vez frente a frente se sonrieron mutuamente y se abrazaron fuertemente.

-¿Cómo estuvo la mudanza, Zhange? -preguntó cariñosamente mientras se separaba del mayor, el cual no respondió hasta que le dio el besito que estaba pidiéndole.

-Bien, un poco cansado. -río levemente. Miró con una sonrisa a Yibo mientras que este le preguntaba más detalles de su día, aunque su sonrisa no duró muchos al ver a la persona que ahora se encontraba al lado de su Yibo.

-¡Seungyoun! -saludó eufórico Yibo mientras abrazaba al otro.

-¡Yibo! Un tiempo sin verte. -saludó de la misa forma el rubio ignorando al pálido que ahora tenía sus mejillas en un rojo intenso.

Miró a Yibo, quien lo miró devuelta y le sonrió tímidamente. Yibo sabía que algo había entre ambos chicos y sinceramente no quería entrometerse.

-Eh, Youn, hablamos otro día, ahora estoy en una cita con Zhan. -informó el castaño mientras abrazaba al pálido por los hombros.

Seungyoun por fin miró a Zhan, ambos se dedicaron una mirada fría intentando intimidarse mutuamente. Pero al final el menor se despidió de ambos amablemente dejándolos solos nuevamente.

-No te agrada Youn, ¿eh? -habló con burla mientras veía el rostro rojizo del mayor.

-¿Sabes? Te iba a dar un regalo, pero ya que andas de enfadoso mejor no te doy nada. -se cruzó de brazos mostrándose molesto, aunque en realidad no lo estaba.

-No, zhanie, bebé. -puchereaba Yibo en busca de que aquel pálido lo mirará. Al final Zhan rió nuevamente y apuntó a sus labios, diciéndole indirectamente que así lo perdonaría.

Yibo con una sonrisa tomó de la cintura a Zhan atrayéndolo lo suficiente para besarlo, aunque este beso a comparación de los demás, fue más duradero, y digamos que la traviesa lengua de Yibo no dudó en hacer aparición.

Zhan empujó suavemente el pecho del azabache, y ahora ambos un poco se miraban en n cómodo silencio apreciándose el uno al otro. Hasta que Zhan habló.

-Tu lengua casi me viola la boca. -dijo en un puchero haciendo que Yibo soltará una carcajada.

-Lo siento, a la próxima te aviso ¿si? -se disculpó mientras le daba un pequeño pico.

-Bien. -sonrió Zhan, amaba los besos de Yibo. -por cierto, mira, tu regalo. - dijo Zhan sacando una pequeña caja de plumones. -te dejaré que les pongas nombre.

Yibo abrió los ojos y boca con emoción. tomó la caja entre sus manos y analizó el color detalladamente. 

-Que este chingón, ¿eh? -lo apuntó Zhan con una sonrisa.

Yibo asintió varias veces hasta que el nombre perfecto se le vino a la mente.

-Los llamaré, rosa bufanda de Jiyang-gege con olor a chocolate abuelita edición sáquenme de Latinoamérica. -sonrió orgulloso del nombre tan creativo que le había puesto.

Zhan por otro lado río levemente. - ¿"edición sáquenme de Latinoamérica"? Pero si no estas en Latinoamérica, Yibo.

-Lo sé, pero es un meme muy famoso allá. -sonrió nuevamente besando los labios de Zhan.

Okay, aún ni eran novios pero ya era adicto a los labios que poseía Zhan. Podría pasarse el resto de s vida besándolos y nunca se cansaría de hacerlo.

 Podría pasarse el resto de s vida besándolos y nunca se cansaría de hacerlo

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¡Devuélveme mis plumones, Yibo! / 𝐅𝐢𝐧𝐚𝐥𝐢𝐳𝐚𝐝𝐚Donde viven las historias. Descúbrelo ahora