Rosa labios

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-¡Tú puedes, Kuan! -ánimo Yibo empujando al de cabellos ondulados en dirección al pequeño Cheng

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-¡Tú puedes, Kuan! -ánimo Yibo empujando al de cabellos ondulados en dirección al pequeño Cheng. -¡La mejor forma de enamorar a alguien es siendo tú mismo!

-¡No me siento preparado! -comentó Haikuan sintiendo el arrepentimiento instantáneo de haberle pedido ayuda a aquel loco castaño.-¡Pensé que me aconsejarías que le robara plumones o algo sí! -lloriqueo aferrándose a Darren, quien tenía un puchero por que Haikuan lo tenía agarrado de los cabellos.

-¡No, a Cheng no le gustan los plumones! 

-¡Blasfemia! -gritó Zhan indignado, - ¡¿A quién no le gustan los plumones?!

- ¡Una prueba más de que deberíamos casarnos! -aplaudió Kuan con una gran sonrisa; aunque debido a ese descuido Yibo logró con más facilidad hacerlo quedar frente a Cheng y su masturbanda.

-Kuan-gege quiere hablar contigo, Cheng. -informó al menor, Bo junto a los demás Geges les dieron una sonrisa un tanto macabra a los menores y se alejaron los suficiente para no ser vistos pero para poder escuchar el chisme.

-Ahora, -habló Zhan mirando a Yibo. -Ten, chiquistriquis. -le extendió un plumón al castaño, este lo tomó con una ceja alzada.

-¿A que hora intercambiamos papeles? -preguntó con burla y Zhan solo le sonrió. Le devolvió la sonrisa y miró el nombre de aquel plumón. - Rosa labios de las castrosa que no se maquilla con olor a perfume pastel que nunca se acaba edición limitada de Harry Potter con brillitos.

-Le puse el nombre pensando en tu exnovia. -dijo con una leve sonrisa mirando cómo Yibo se soltaba a reír.

-Ziyi era un amor. -comentó con la intención de hacer enojar al pálido, lo cual funciono porque este hizo un puchero y se cruzó de brazos.

-Ay, que linda pelea de novios. -alabó Darren quien aún seguia presenciando la escena algo empalagosa de la pareja.

-¿Por qué mejor no va a traerme un batido de chocolate? Las cosas se pondrán intensas y no quiero que se traume, Gege. -mencionó con burla haciendo que ambos mayores soltarán una pequeña risita.

-¡Vivan los novios! -se escuchó un grito de Bo Wen , y de él siguieron los demás integrantes de la masturbanda, quienes gritaron: "¡Vivan!"

Aquello hizo que los tres mayores salieran de su escondite, y lograron ver a Kuan y Cheng dándose un beso, uno inocente dirán, ¡Pero no! ¡Pinches precoces se estaban devorando! Todos al rededor de la pareja festejaban, y no pasó mucho para que Bo, Zhan y Darren se les unieran.

Aquello hizo que los tres mayores salieran de su escondite, y lograron ver a Kuan y Cheng dándose un beso, uno inocente dirán, ¡Pero no! ¡Pinches precoces se estaban devorando! Todos al rededor de la pareja festejaban, y no pasó mucho para que Bo,...

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Zhan entró a su casa un tanto confuso por que su madre no fue a recibirlo como hace normalmente. "Quizás no está en casa" ese pensamiento pasó por su mente, pero para asegurarse decidió ir a revisar las habitaciones.

No la encontró ni en el patio trasero, o en el baño, y mucho menos en la cocina, así que le quedaba la habitación de su progenitora. Entró a ella a pasó lento si había posibilidad de que estuviera durmiendo.

Frunció su ceño por la oscuridad del cuarto, estiró un poco su mano para poder alcanzar e interruptor y prendió el foso; al instante la habitación se iluminó, y la imagen que descubrió lo dejó helado.

Su madre tirada en una esquina de la habitación, su angelical rostro todo golpeado, y podía ver que con dificultad ella respiraba.

Tan rápido como pudo se sentó a su lado e intentó ayudarla a pararse, aunque sólo recibió un apretó de manos, y con dificultad ella le rogó que se fuera.

-Mamá, no me iré. Dejadme llamar una ambulancia. -le informó sacando su celular de su sudadera y marcaba aquel tan conocido numero.

No pasaron más de diez minutos para que una ambulancia aparezca, subieron a su madre a la camilla y él nunca se separó de ella, hasta le pidió a una de las vecinas que le cuidara la casa mientras no estaban.

Durante el camino al hospital, su madre le explico con dificultad lo que le había sucedido, y no pudo sentirse más culpable.

La señora Xiao le dijo a su tan amado primogénito que los golpes que tenía los había hecho nada más que aquel alcohólico que tenía por padre; él lo había visto junto a Yibo, comportándose como novios aunque aún no lo eran. Y todo eso cayó a culpa de su madre, ella recibió el castigo que él merecía.

Al llegar al hospital y que atendieran a su madre, Zhan se sentía tan mal, estaba envuelto en llanto, algunos enfermos hasta se le habían acercado para asegurarse que estaba bien.

Y aunque el diagnostico que le dio el doctor fue bueno, no creía que su madre tendría que pasar la noche en aquella fría habitación de hospital; y aunque había insistido en que se quedaría no se lo permitieron y al final su madre les había dado el numero de teléfono de Darren a los enfermeros y después de unos minutos su mejor amigo fue por él, y fue arrastrado por Cheng y Yibo hasta el auto del pelinaranjo.

Y aunque el diagnostico que le dio el doctor fue bueno, no creía que su madre tendría que pasar la noche en aquella fría habitación de hospital; y aunque había insistido en que se quedaría no se lo permitieron y al final su madre les había dado el...

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¡Devuélveme mis plumones, Yibo! / 𝐅𝐢𝐧𝐚𝐥𝐢𝐳𝐚𝐝𝐚Donde viven las historias. Descúbrelo ahora