Hola, caracolas expósitas! Ya sé, ya sé que ha pasado casi un mes desde que publiqué pero esto de trabajar muchas horas es muy duro y nunca encuentro el momento de sentarme a actualizar. ¡Sin embargo! Llevo todo este tiempo pensando en vosotr@s de modo que no os enfadéis. Además, tal y como se quedaron las cosas en este Obikaka y teniendo en cuenta este capítulo *que sé que os va a encantar y que espero que comentéis casi párrafo a párrafo ahajaja* no podéis guardarme rencor.
La historia ha metido un empujón enorme desde la última actualización y yo no sé cómo daros las gracias: A todos los que la votáis, la metéis en vuestras listas etc. Eso es súper valioso y os lo agradezco mil.
En especial, por supuesto, los que gastan también su tiempo en comentar porque da la vida: Gracias 1KakashiHatake, Analu-2506, Kenny_Hak, KeikoKun0, Arsotaku.
Y mi corazoncito de fan para vosotras: Daisy, Jans, Yuuki y Rysake. Os como la cara con amor.
Sin más dilación, os dejo con el que para mí es EL capítulo, cuya idea inició este fic.
Al lío:
**
- Aún falta para llegar a Konoha.
Rin llevaba razón, estábamos todavía lejos de la villa y no quedarían más que un par de horas de luz. La misión en sí no había entrañado gran complicación, los documentos confidenciales habían sido entregados al contacto de la aldea Tanooki esa misma mañana, un joven con el pelo rojizo de no más de veinte años de edad, sin embargo, el viaje había sido largo y aún no me había acostumbrado a pasar tantos días lejos de casa tras tanto tiempo sin salir de Konoha, por lo que la sensación de no sentirme del todo cómodo en el exterior me pesaba sobre el cuerpo. Intentaba achacarlo a las secuelas del accidente, sin embargo, no quería reconocer que apenas sólo sentía un ligero hormigueo en la pierna derecha de vez en cuando. Todo aquello no evitaba que en ocasiones los pensamientos invasivos volvieran a mi mente, ¿no sería acaso un impostor?, ¿no estaría quitándole el puesto a un ninja más capacitado y de mejor capacidad física y mental? Mis compañeros se encargaban de distraerme de ello, Rin me seguía animando y Kakashi, a su manera, reconocía mis méritos ocasionalmente aunque de una forma menos exteriorizada. Era como si de alguna forma no hubiera pasado el tiempo.
Pero, realmente, sí que lo había hecho y nosotros dos lo sabíamos muy bien, o eso era lo que yo sentía flotar en el ambiente entre los dos. Los cuidados a Mitoboru habían seguido su curso y yo no había dejado de presentarme en la granja Hatake, hablar con él o aceptar misiones en las que estuviésemos los tres involucrados con la intención de dejar de sufrir el síndrome del impostor lo más pronto posible. Y, aunque era cierto que Kakashi había suavizado su nivel de hostilidad para conmigo se mostraba distantemente tímido. Había espaciado sus reproches hacia mí con el paso de las semanas y eso quedaba reflejado hasta en las misiones.
El ninja enmascarado se había mantenido diferente durante toda la que nos había acaecido durante esos días, apenas me había dirigido alguna que otra frase pero siempre que lo había hecho se podían entrever ligeros gestos o acciones que chocaban con la actitud a la que nos tenía acostumbrados desde niños. Era como si esperara el mejor momento para acercarse a mí para luego volver a su estado habitual de impasibilidad, comportamiento que había estado repitiendo sucesivamente todos los momentos que había pasado en su casa. Lo único que podía sacar en claro de ello es que mis palabras le habían afectado y, de alguna manera, había decidido hacerme caso a su manera.
Tal y como le había dado a entender y mantenía casi como dogma, no había dejado de demostrarle que la pelota se encontraba ahora en su tejado y no quería entrometerme más en lo que no sabía si él deseaba. Mis sentimientos de culpabilidad no habían disminuido y me cargaba mentalmente la idea de que lo había humillado y decepcionado. El asiento vacío que yo había dejado entre ambos (y que, en ocasiones, Rin se ocupaba de llenar ingenuamente) para respetar sus sentimientos me ponía también muy difícil entrever qué quería exactamente que hiciese. De nuevo podía sentir cuando estaba con él que su máscara me ocultaba sus verdaderos sentimientos y lo que deseaba o pensaba de mí:
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|| Ojos sin luna || [OBIKAKA]
RomanceKakashi Hatake siempre lo ha visto como su compañero de clase o como un Uchiha sin talento. Obito Uchiha siempre lo ha visto como un engreído demasiado centrado en cumplir las normas. Sin embargo una serie de situaciones obligan a ambos a tener que...