4. Encuentro

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Tus ojos azul oscuro me observaron con detenimiento, robándome a cada segundo un poco de mi aliento. Tus rizos rojos parecían arder a medida que caían sobre tus hombros. Y tus labios, esos labios pequeños pintados de rosa pálido, estaban entreabiertos y anunciaban peligro para mi.

Con una sonrisa estúpida te saludé pero tú continuase mirándome sin decir palabra alguna. ¿Estabas sorprendida o intrigada? ¿Querías saber quién era? Porque yo, sin duda, deseaba conocer tu nombre.

Me sentía feliz porque te había encontrado y me disponía a hablar contigo. Tenía unas absurdas ganas de conocerte que ni siquiera sabía de donde habían salido. Pero lo que obtuve fue un: "Sal de mi camino" tan seco y frío que me hizo entender que no deseabas compañía.

Dejé que te fueras sin decir nada porque a pesar de que una persona triste siempre necesita a otra para tener consuelo, a veces estar solo es lo mejor para el corazón.

Ya tendría tiempo para saber más de ti pequeño hobbit, porque si, tu estatura era un chiste comparada con la mía.

Entonces esperé ansioso que la vida te pusiera una vez más en mi camino, porque sino lo hacía yo mismo haría que nuestro próximo encuentro pareciera una casualidad.

Caricias Rotas [Terminada]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora