23. Arte

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Al final decidimos correr hasta llegar a mi casa porque nos quedaba cerca. Estábamos empapados y yo no quería que te enfermeras. Mi madre nos recibió con regaños y no paró de hablar como loca. Mientras tanto nosotros no podíamos parar de mirarnos y sonreír.

—Váyanse a bañar antes de que se enfermen—dijo mi madre—La cena estará lista en unos minutos.

—Oh no señora, no es necesario que me quede. Yo...

—No digas tonterías, cariño—te interrumpió mi madre—Y te dije que me llamaras por mi nombre. Ahora váyanse.

Media hora después de que cenáramos. Mamá nos obligó a ver una y otra vez sus nuevos cuadros, cosa que a mi me aburrió pero a ti te hizo enormentete feliz. Sólo había que fijarse en tu expresión cada vez que te fijabas en una nueva pintura. 

—Son fantásticas. Tu madre tiene muchísimo talento—murmuraste eclipsada.

—Lo sé—comenté.

—Por cierto, Scarlett—mi madre llamó tu atención—¿te gustaría ser parte de una exposición que estoy organizando? Es para chicos jóvenes con mucho talento, vendrán varias personas importantes, incluso profesores de escuelas muy prestigiosas buscando captar algún talento ¿qué me dices?

—Yo...—te quedaste paralizada no podías ni gesticular una palabra así que yo respondí por ti.

—Lo hará.

—Bien, debes traerme cinco de tus pinturas—aclaró antes de irse.

—¡No puedo creerlo!—exclamaste con alegría para luego seguir enfrascada en el mismo cuadro—¿cuál es tu favorita?

—Tú.

—¿Cómo?

—Tú eres mi obra de arte favorita—dije causando que te sonrojaras.

Y no mentía, todo en ti gritaba arte. Eras el cuadro más bello que había tenido la posibilidad de admirar alguna vez. Tenías aquella piel de porcelana que las personas evitan tocar para que no se rompa, una piel marcada por la historia de tus lágrimas, pero que aún así no dejaba de ser perfecta. Luego estaban tus ojos, esos de los que me enamoré como un tonto. Unos ojos que gritaban alegría, miedo, paz, incertidumbre, sencillez; unos ojos que decían: estoy aquí, mírame.

Eras las más maravillosa de las obras de arte, y lo gracioso era que ni siquiera tú te debas cuenta de tu incalculable valor.

Caricias Rotas [Terminada]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora