15. Rompecabezas

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Regresé a casa cabizbajo y perdido en mi mundo. Estaba muy desanimado ¿Ahora se suponía que debía olvidarte? Pero eso era imposible porque con cada nuevo segundo que pasaba me acordaba más de ti.

Mi madre notó mi semblante triste y después de la cena trajo un enorme y viejo rompecabezas para que lo armaramos juntos. Pero cuando más piezas ponía más piezas faltaban, aquello no tenía sentido.

—Mamá, a este rompecabezas le faltan piezas—le dije resignado.

—¿Y es por eso que no tiene derecho a ser armado?—preguntó mi madre con cierta ironía—A las personas destruidas también le faltan piezas y tienen todo el derecho a que las intentes armar. Habrá vacío en ellas pero si pones de tu parte creo que acabarás completandola de la forma menos inesperada.

—¿Eso piensas mamá?

—Si quieres a esa chica, como creo que lo haces, conviértete en las piezas que le faltan para que pueda estar unidas de nuevo.

Sonreí, primero porque mamá era adivina, no sabría decir si era instinto de madre pero de alguna manera supo lo que sentía, y segundo porque tenía razón, como siempre.

Así que ya estaba decidido. Sería valiente e intentaría completarte y si eso no daba resultado pues me convertiría en parte de ti.

Caricias Rotas [Terminada]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora