—Tenía diez años cuando mi padre se fue de casa y nos dejó atrás—confesasté tomándome por sorpresa—y no lo culpo vivir entre esas cuatro paredes comenzaba a volverse una pesadilla. Su marcha volvió a mi madre más inestable. Lo peor es que ella me culpaba de todo a mi, aún lo hace.
No respondí nada, solo te observé. Suspiraste pausadamente y te sentaste a mi lado—Lo siento—murmuraste.
—¿Qué te acurrió?—acaricé lentamente la cicatriz de su mejilla—Cuéntame su historia. De cada una de ella, ya sean internas o externas, quiero saber lo que tienen para contar tus cicatrices.
—Mi madre a veces pierde el control sobre si misma y cuando eso sucede las cosas acaban mal—se me cortó la respiración cuando sostuviste mi mano para evitar que dejara de acariciarte—me rompió un brazo como regalo de Navida, la primera vez que festejamos sin papá. Con once años no había mucho que supiera hacer para ayudar con los quehaceres de la casa por eso me golpeó con un trozo de madera gritándome una y otra vez lo incompetente que era. Y así transcurrió cada día de mi vida, entre gritos de histeria y golpes—sonreiste triste y te juro que mi corazón se rompió en mil pedazos al verte de aquella manera—¿Sabes? Ella vive metiendo a hombres a la casa, los jóvenes son sus preferidos. Así que cuando mi cuerpo comenzó a cambiar y uno de ellos hizo un comentario más que grosero al respecto ella tomó un cuchillo y simplemente cruzó mi cara con él, alegando que no podía haber dentro de su casa alguien que fuera más bonita que ella. Tuve suerte de que la herida no alcanzara uno de mis ojos.
—Pequeña...—susurré antes de abrazarte. ¿cómo habías podido sobrevivir a todo eso? La verdad es que yo hubiera escapado hace mucho tiempo si me hubiese tocado una madre tan loca.
—Esta princesa es oscura, Will. Y está perdida.
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Caricias Rotas [Terminada]
Short Story>>Porque cuando alguien te lastima tantas veces aprendes a ver el rostro del dolor aunque lleve una máscara.<<