Capítulo 4

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Palmer

02 de febrero de 2015

Ansel está vuelto loco en este momento. No deja de dar órdenes a diestra y siniestra y andar de un lado para otro. Estoy segura de que va por su quinta taza de té y no entiendo cómo es que su vejiga no ha explotado.


—¡Todo debe estar perfecto! —anuncia una vez más, da otro sorbo a su taza y finalmente gira sobre sus talones para mirarme—. Palmer, esto será grande. Un gran proyecto.


Yo simplemente asiento y le dedico una sonrisa. Ansel se ha negado a decirme de qué se trata este gran proyecto que viene en puerta, pero definitivamente debe ser bastante importante y generosamente bien pagado puesto que lo tiene en este estado.


El hombre ve la hora en su reloj de muñeca y suelta un bufido. Pobre Ansel, compadezco sus nervios en este momento. Me preocupa que incluso pueda darle un ataque o algo parecido.


—Falta todavía una hora, debes tranquilizarte un poco. Tu cliente no puede verte en este estado.


Me apiado de mi jefe y le retiro la taza de la mano. Llamo a Mily, la maquillista, para que borre las ligeras ojeras que su rostro presenta y también le pido a Zeke, el encargado de vestuario, que traiga otra camisa y un bléiser a juego para que Ansel se cambie y se prepare para su entrevista.


—Tú estarás también en la reunión, cariño —me informa mientras Mily polvea su nariz—. Eres parte importante de esto.


—Cuenta conmigo, Ansel. Y gracias.


El hombre me sonríe y yo me siento mal. Soy pésima persona por amar/odiar mi trabajo tan bien pagado y asombrosamente irreal. Pocas chicas de veintitrés pueden alardear de haber visto a tantos famosos por los cuales se babea. Yo al menos puedo contra que Adele me sonrió una vez y que Katy Perry me ha dado los buenos días en dos ocasiones.


Cuando faltan quince minutos para las diez me apresuro a ordenar los álbumes de todos los trabajos de Ansel en la sala de reuniones, organizo los pastelitos por color y las galletas por tamaño. Justamente termino de colocar las pequeñas macetas con cactáceas al centro de la mesa cuando escucho voces y segundos después Ansel, Mily, Zeke y Marco ingresan en el lugar acompañados de los que supongo serán los futuros clientes.


Y es inevitable que me quede completamente pasmada en mi sitio, porque estos maravillosos especímenes no pueden ser reales, y vaya que he visto personajes más guapos que Adonis.


Me siento un poco idiota de estar tan asombrada, es decir, he trabajado con al menos una docena de famosos en los meses que llevo trabajando con Ansel. Incluso he conversado un poco con algunos y un par de modelos me han pedido mi número. Pero, ¿esto?


Creo que jamás imaginé que los chicos de Prototype serían tan impresionantes a la vista. Y sé que se trata de ellos porque es sencillamente imposible no reconocerlos cuando sus rostros inundan cada rincón del mundo y su música suena en cualquier sitio donde tengan buen gusto musical.


—Señores y señorita, ella es mi asistente, Palmer Bray. Palmer, creo que no hace falta una presentación de nuestros invitados, ¿cierto?

Prototype Música y Contraste [Serie Fama y Gloria #1]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora