Palmer
26 de febrero de 2015
Estoy llegando terriblemente tarde a la sesión de hoy. Ya le marqué a Wendell y a Viktor para informarles de ello, pero aun así me mortifica. Me gustaría pisar el acelerador del auto, sin embargo, no soy yo quien conduce y no tengo control sobre el tráfico o la velocidad a la que el taxista decide ir en esta ciudad.
Veinte minutos después estoy tropezando de lo rápido que camino para, al fin, presentar mi gafete en la caseta de vigilancia de la disquera de Prototype y correr hasta el ascensor. La voz de mamá diciéndome que la puntualidad es lo más importante no deja de repetirse como caset en mi cabeza hasta que llego al piso en donde los chicos ensayan.
Escucho la música desde el pasillo y cuando entro en la sala todos están sentados alrededor de la habitación sosteniendo alguna libreta o instrumento y dialogando alegremente. Apenas me ven se hace el silencio y yo no quiero ni imaginarme el aspecto que tengo gracias a mis carreras y la desesperación que me dio al saber que venía tarde.
—Hola, Palmer —me saluda Kennedy desde su posición sobre la alfombra.
—Hola —respondo en un resuello, ya que la carrera me ha robado un poco el aliento.
Me encuentro con que Viktor ya está cerca, ayudándome con mi siempre confiable equipaje. Hemos intercambiado mensajes desde nuestra cita del sábado, e incluso hicimos una videollamada. Me gusta hablar con él, nunca hay un punto muerto ni silencios incómodos e incluso creo que es demasiado bueno para ser verdad.
—Hola, Palmer —me saluda él en voz baja y con una sonrisa que me hace sentir, de una extraña manera, eufórica y en calma a la vez.
—Hola, Viktor.
—¡Que somos todos y no solo Viktor! —grita alguien y, cuando me doy cuenta, se trata de Aiden, quien sonríe con picardía desde una esquina—. Me sentiré ofendido de que tu favorito sea Viktor, porque seguro le sacarás las mejores fotografías a él.
—Jamás haría algo así —me defiendo—. Y en todo caso, que él salga mejor que los demás por naturaleza no vendría a ser mi culpa.
—Uh —Devan ríe desde el pequeño sofá—. La chica sabe responder, Aiden. Ve con cuidado.
Todos ríen después, incluyéndome. Pronto están retomando su actividad antes de mi llegada y yo en solo un par de minutos ya los estoy retratando en su ambiente. Les he sacado ya varías fotografías y las he revisado todas después de ello, cuando Ansel y yo elegimos las mejores para pasárselas a ellos. Y, sin embargo, sigue inspirándome la pasión que reflejan sus rostros al hacer música.
Esa es la pasión que todos deberíamos reflejar si realmente estamos haciendo lo que amamos. Y esos son los rostros que van a enamorar aún más a su público.
No sé cuanto tiempo pasa en realidad. Estoy perdida en la postal que forman juntos y en la música que se va hilando con las palabras hasta tener coros y melodías. Lo hacen incluso parecer sencillo, como si hubieran nacido con el don natural de crear y componer. Es por eso que me sobresalto un poco cuando una voz junto a mí suena de pronto.
—Están tan absortos en lo suyo, ¿cierto?
Cuando giro me encuentro con una joven muy guapa de cabello castaño con reflejos rubios y unos ojos azules increíbles. Le calculo unos diecisiete años, tal vez. Trae un bonito vestido floreado, botas y un maquillaje ligero que solo acentúa el aire juvenil de su rostro.
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Prototype Música y Contraste [Serie Fama y Gloria #1]
RomantiekUn músico aclamado que vive el sueño de su vida. Una fotógrafa frustrada que está estancada en donde no desea. Dos cuentas anónimas que unen sus caminos. Un sentimiento que crecerá más allá del entendimiento. Un romance con fotografía, acústica...