Palmer
18 de febrero de 2015
Permanezco sentada en el vestíbulo de mi pequeño edificio —realmente es un edificio muy decente y bonito, pero comparado con los edificios lujosos a los que he acudido últimamente, es más bien humilde— esperando a que mi hermano pase por mí. Me ha embaucado para ir a desayunar con él y con mamá antes de tomarle las fotos que necesita y, como tengo el día libre, por decirlo de alguna manera, acepté.
Pasan diez minutos más hasta que me entra un mensaje indicando que ya esta afuera. Salgo y me monto en el asiento del copiloto e inmediatamente sale del aparcamiento. Sin duda ya se ha hecho tarde y si hay algo que mamá odia que hagamos es llegar tarde a nuestras citas, opina que no solo habla mal de nosotros como individuos, sino también del poco respeto que tenemos hacia la otra persona. Yo digo que es debatible.
—¿Y qué? ¿Ni siquiera un hola? —hablo cuando ya hemos dado la vuelta a la manzana.
—Hola, Palmerita bella —saluda mi hermano sin apartar la vista del camino.
Me es imposible no rodar los ojos. Ya me he acostumbrado a que mi hermano me llame de esa manera, lo he aguantado durante mis veintitrés años de vida, pero eso no significa que lo acepte en silenciosa paz. Siempre que pueda quejarme, lo haré. Y siempre que él pueda molestarme más con ello, sin duda lo hará.
—Me tardé un poco más porque mi publicista me llamó —aprovecha el semáforo para mirarme con esa expresión de artista frustrado—. La editorial quiere adelantar la publicación del nuevo libro para mayo en lugar de junio, como estaba planeado. Me resulta un poco fastidioso porque todavía me falta escribir al menos un tercio, hay que adelantar el borrador y odio trabajar bajo presión.
—¿Dijeron porqué quieren hacer eso?
—No pregunté razones. Sabes que yo solo cumplo con mi parte, John es quien se encarga de tratar con esas cosas y así todos somos felices.
—Dirás que tú eres feliz. El pobre John tiene que tratar con la gente con la que tú no quieres lidiar y encargarse de todo en lo que deberías involucrarte.
—Oye, yo nunca lo he escuchado quejarse de eso —mi hermano se encoge de hombros tan despreocupadamente—. Él recibe una muy buena paga por sus servicios y me deja tranquilo con lo mío. Para ambos funciona.
A veces envidio la capacidad de Gerard de ser tan despreocupado. Él solo vive haciendo lo que ama y es feliz con ello, no tiene que preocuparse por las cosas de las cuales yo suelo preocuparme a menudo. Pareciera que tenemos vidas ubicadas en polos opuestos del mundo.
Conversamos un poco de su nuevo libro durante el camino, también me pregunta sobre cómo me ha ido en mi trabajo. Por supuesto que sabe que estoy trabajando con Prototype, al igual que lo sabe Jane. Ambos son mis mejores amigos, son las dos personas en quienes más confío y debido a que saben como funciona eso de ser figura pública, respetan mucho la discreción y la intimidad.
—¿Recuerdas a ese chico de Instagram con el que a veces hablaba? El de la cuenta que te gustó con esas fotos por el mundo.
Una sonrisa incisiva aparece en su rostro.
—Tu novio fotógrafo, por supuesto.
Gruño por lo bajo y me cruzo de brazos en mi lugar.
—Es imposible hablar contigo. Ya no te contaré absolutamente nada.
—Vamos, Palmer. Sabes que estoy jugando contigo —Gerard me lanza una rápida mirada, pero yo lo ignoro—. Vamos, Palmer. Sigue diciéndome qué hay con él.
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Prototype Música y Contraste [Serie Fama y Gloria #1]
RomanceUn músico aclamado que vive el sueño de su vida. Una fotógrafa frustrada que está estancada en donde no desea. Dos cuentas anónimas que unen sus caminos. Un sentimiento que crecerá más allá del entendimiento. Un romance con fotografía, acústica...