Prototype Música y Contraste [Serie Fama y Gloria #1]

Capítulo 7

Viktor

Observo por un momento a nuestra fotógrafa, Palmer, guardar sus cosas concienzudamente. Incluso frunce un poco el ceño mientras procura que todas las lentes queden perfectamente alineadas en su estuche. Cuando decido que quizá es momento de voltear a otro sitio antes de parecer un acosador de primera, me topo con la mirada de Aiden quien tiene una sonrisa ligeramente burlona.

«Deja de mirarla». Articula con los labios en mi dirección. «La asustarás».

Lo ignoro, pero sin duda tiene razón. La chica me resulta atractiva, interesante, y lo que menos quiero es que se sienta incómoda. Además, ella está trabajando con nosotros, lo cual solo sirve para complicar un poco las cosas, pero por supuesto no para detener su marcha.

—Y entonces, Palmer —habla Katherine desde su lugar sobre la alfombra—. ¿Te gustó estar aquí hoy?

Nuestra atractiva fotógrafa acomoda sus lentes de pasta sobre su nariz y se gira en dirección a Kath.

—Claro, la he pasado muy bien, gracias —le responde en tono amable.

Por supuesto que se relajó a nuestro alrededor conforme el día avanzaba, incluso participó un poco en la conversación mientras comíamos, pero sigue manteniendo la formalidad en sus modos y en su manera de hablar. Se aferra al profesionalismo y eso solo me hace saber que respeta mucho su trabajo y le preocupa mantenerlo, por lo cual vacilo una vez más acerca de realizar cualquier movimiento con ella.

—Espero que los gemelos fantásticos no te hayan causado una mala impresión —Devan levanta la vista de su celular al hablarle—. Fue un placer tenerte aquí hoy, Palmer.

Ella sonríe levemente y le dice que igual ha sido un placer. Aiden también actúa todo amable y nuestros gemelos fantásticos también hacen su parte diciéndole que les encantaría tenerla de vuelta pronto. Palmer continúa guardando el equipo que le queda y una vez tiene las maletas hechas se despide en general de todos. Por supuesto que este tenía que ser mi momento y agradezco que mis amigos me dejen ser.

—Te ayudo con eso —me adelanto a decir y antes que diga algo tomo las mismas cosas con las cuales le ayudé más temprano y nos dirigimos al elevador.

Una vez las puertas se cierran se hace un silencio, si bien no incómodo, sin duda extraño. Me gustaría iniciar una conversación del todo trivial, pero admito que no se me ocurre nada lo suficientemente bueno o interesante. Podría preguntarle más de su trabajo o de cualquier otro tema, pero tampoco quiero verme invasivo en su vida.

Cuando nos faltan tres pisos su celular suena y eso salva un poco el momento.

—Hola, Jane —habla Palmer—. Sí, ya terminé. No, pasaré al estudio primero, debo dejar algo—. El elevador llega entonces a la recepción y salimos a paso lento—. Te mantengo informada, sí. Descuida. Adiós.

Palmer se detiene a mitad del vestíbulo y entonces dirige sus ojos color avellana hacía mí.