Temporada de Magia Negra #1 [Completa]

Capitulo 23: Luna, apiádate de nosotros.

Ardor. Es lo primero que siento cuando abro los ojos.

Mis manos tocan mi cuello y me quejo sintiendo de dolor y la sangre seca. No puedo sentir una herida, pero si los rastros de dolor que la daga de Mirah a dejado en mi cuello.

- ¿Willow? – Miro hacía adelante para ver a Balthazar con lágrimas en los ojos inclinado sobre mí. – Estás... bien.

- ¿Está despierta? – Sam se inclina sobre mí, sus ojos abiertos y llenos de sorpresa. – Dios... estabas muerta.

- Es inmortal, no puede morir. – El oráculo me mira desde un lado. – Niña estúpida, has hecho lo que no debías.

- Dejemos que se reponga antes de decirle algo. – Balthazar mira a la anciana unos momentos antes de volver sus ojos hacia mí. - ¿Puedes hablar?

No tengo idea, pero aun así lo intento.

- Si... – Sale apenas de mi boca. – Si, puedo.

- Voy a matarte. – Victoria aleja a todos de mi y me levanta bruscamente del suelo. Hago una mueca por el tirón en mi cuello. – Te dije, te advertí que no lo hicieras.

- ¡Déjala en paz! – Grita Balthazar tratando de empujar a Victoria, pero con un movimiento de su mano Victoria lo envía volando hasta Sam.

Trato de respirar profundamente a través de mi dolor. No dejaré que Victoria dañe a mis amigos, por sobre todo que dañe a Balthazar. Cierro mi palma formando un puño que suelto sobre su nariz con toda la fuerza que puedo reunir. La sorpresa llena su rostro cuando me suelta y retrocede varios pasos.

- La gatita tiene garras. – Susurra, viendo la sangre salir de su nariz.

- No toques a mis amigos. – Le digo sintiendo la garganta más firme. – Nunca.

Victoria me sonrío de manera macabra.

- Nos has condenado a todos. – Suelta antes de desaparecer por completo.

- Está loca – Sam ayuda a Balthazar a ponerse de pie.

- La guardiana tiene razón. – El oráculo se acerca a mí, su mirada me recorre de pies a cabeza antes de suspirar con derrota. – Vivirás con tu decisión desde ahora.

Dicha esas palabras el oráculo desapareció en una explosión de luz. Confundida por sus hirientes palabras me acerque a mis amigos revisando que Balthazar estuviera bien.

- Estoy bien. – Dice con una sonrisa suave mientras miraba mi cuello. - ¿Estás mejor?

Trago saliva sintiendo un pequeño escozor.

- Si, ya estoy bien.

- ¿Qué querían decir Victoria y el oráculo con esas palabras? – Pregunta Sam mirando fijamente hacia mí.