Temporada de Magia Negra #1 [Completa]

Capítulo 8: No invitada.

Estuve toda la clase mirando un punto fijo en la pared, mi mente divagaba hacia lo que había pasado hace unas horas atrás. Willow, la magia, la vampira, las personas muertas y los otros problemas que parecían ser menores en comparación. Suspiré cuando vi que todos comenzaban a guardar sus cosas.

Genial, ha terminado la clase y no puse atención.

Me apresure a guardar mis pertenencias y salir del aula de clases. Camine hasta sentarme frente al enorme jardín donde la mayoría de los estudiantes descansaba o pasaba el rato antes de su siguiente clase, saque mi celular enviando mensajes de whatsapp a mis amigos. Me detuve en el nombre de Willow dudando unos momentos antes de hablarle, ahora era parte de nuestro grupo así que necesitaba incluirla en nuestro grupo de whatsapp.

- Señor Montesino, Me alegro encontrarlo aquí – La voz femenina y autoritaria me sobresalto y casi me hace soltar el celular del susto. – Lo lamento, no era mi intención asustarlo.

Tragué saliva mientras miraba a la rectora de la universidad frente a mí, iba ordenadamente vestida con un traje formal que la caracterizaba como una directora de universidad seria, su cabello estaba peinado firmemente en una cola de caballo y sus anteojos hacían destacar sus ojos verdes.

- No sé preo-ocupe. – Tartamudee, me aclare la garganta y comencé a hablar otra vez – no me asusto, solo me pillo desprevenido.

Ella me regalo una sonrisa llena de dientes blancos.

- Quería hablar con usted sobre la nueva incorporación a su fraternidad, a pesar de que esta estrictamente prohibido mezclar los sexos en las mismas casas se ha hecho una excepción por la nueva alumna. – La rectora busco con su mirada entre los alumnos cercanos - ¿Se encuentra ella cerca ahora?

- No – Dije, guardando mi celular en el bolsillo de mi chaqueta – Está en clases ¿En el salón 666B? – La mire para ver algún indicio de sospecha en su rostro.

La rectora sonrió.

- Ah... comprendo. No saldrá de ahí hasta la tarde. – Ella suspiro y me entrego una caja envuelta en una bolsa gruesa de color negro. – Necesito que mantenga esto en las habitaciones de todos los hombres de su fraternidad, sin excepciones.

- ¿Qué es? – Pregunte frunciendo el ceño cuando la tome.

- Es una precaución, ahora que tienen a una mujer viviendo con ustedes prefiero evitar cualquier... accidente – La rectora arrugo su nariz unos segundos antes de comenzar a alejarse – Debo marcharme, espero que no haya más peleas ni sorpresas de parte de su fraternidad. No ahora que tienen a una nueva integrante en ella. Qué tenga buen día.

No dije nada cuando se alejó con paso firme. Aprete los dientes queriendo gritarle que nosotros no comenzábamos ninguna mierda, muy por el contrario, tratábamos de pasar desapercibidos cuando nos topábamos con los miembros de la fraternidad de Lautaro. Eran ellos lo que tenían un problema con nosotros.