-¿Quieres contarme qué pasó ayer?- preguntó Janice en el desayuno, mientras veíamos a Milo jugar con sus dinosaurios en el patio trasero.
-No- suspiré- En verdad no quiero hablar de ello- dije revolviendo mi café.
-¿Volvió a llamarte?- preguntó con cierto cuidado.
-Sí- dije tomando mi celular para ver la pantalla- Once llamadas y unos veinte mensajes-
-Osea que no sabe que lo dejaste-
-No lo dejé- dije frustrada.
-Bueno pues eso parece, te escapaste de él, no me sorprende- dijo en un suspiro.
-¿Cómo que no te sorprende?- dije molesta.
-Grace cariño, siempre haces lo mismo, huyes cuando pasa algo que no querías ver, envés de hablarlo como las personas normales lo hacen, solo huyes y mandas todo al trasto, es como si huyeras de las cosas buenas porque crees no merecerlo, sea lo que sea que haya pasado ayer, quizá él tiene una muy buena explicación, y ni siquiera le diste tiempo de que te la diga- se levantó y fue a dejar sus trastes sucios en el lavabo de la cocina- Mira, ¿Por qué no solo lo llamas y le dices que estás bien? Seguro pensó que algo malo te pasó-
-No lo sé-
-Bueno, pero en algún momento deberás hablarle, no puedes evitarlo toda tu vida-
-Es que no lo entiendo, ¿Por qué debo hablarle? No es como que sea algo serio, solo tuvimos tres citas-
-¿En serio dices eso? Cariño si él no tenía el más mínimo interés en ti ni siquiera te hubiera invitado a salir en primer lugar, no se hubiera tomado la molestia de conocer a Milo, que ansía verlo demasiado- se acercó a mí y puso una mano en mi hombro para que la mirara- No eches por la borda la oportunidad de ser feliz, porque por más que quieras evitarlo, tienes un brillo en ti que no había visto jamás, sólo piénsalo ¿Sí? Se ve que es un buen hombre- me dio una sonrisa y fue donde Milo para vestirlo para la escuela.
Mierda, como siempre, tenía razón.
Al poco tiempo, Chuck y Janice se llevaron a Milo, yo había arreglado con ellos tener el día libre, en parte porque había mucho sobre la fiesta de Milo que faltaba organizar, y más porque sabía que Adam iría a buscarme al café.
Me paseé por la casa haciendo la piñata, centros de mesa, bolsitas con caramelos con un juguete de un dinosaurio para cada niño, el cartel de feliz cumpleaños, y en cada acción que hacía, la foto de Adam con ella estaba impregnada en mi cerebro.
No la podía apartar de mi mente, era como un tatuaje, y luego, recordaba todo lo que hicimos, y una pequeña sonrisa se colaba en mis labios, que luego me reprendía.
No me sentía sucia por lo que hicimos, fue como una gran revelación para mí, no sabía que podía llegar a sentir todo aquello.
Lo que me hacía preguntarme, ¿Cómo sabía tanto? Sé que él ocultaba algo más, la foto era una de ellas, pero había algo más, algo más grande.
Y quizá por esa foto es que no lo hicimos aún, quizá por eso le costó dejarse llevar conmigo, porque aún no la olvida.
No quiero estar con alguien que está conmigo por querer olvidar a alguien más, no soy la substituta de nadie.
Demonios. Esto está demasiado en la mierda.
*****************
No fui al café en los días que restaron hasta el cumpleaños de Milo, me quedé en la casa de Chuck y Janice, y cuando llegaban, ella me soltaba una triste sonrisa, aclarándome las dudas, Adam había ido cada día a preguntar por mí, y ella no podía decirle donde estaba.
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Broken Soul / 18+
RomancePaz. Eso era todo lo que querían, todo lo que buscaban. Uno, se alejó de todo para conseguirlo. La otra, ocultaba un secreto para intentarlo. Grace Keller no lo sabía, pero tenía tanto en común con Adam Henderson, el extraño que en un día más de tra...