-Mama Eva- dijo Adam cuando subimos al auto, luego de despedirnos de Garret y Mara- ¿Podrías cuidar de Milo un rato? Quiero mostrarle algo a Grace, no tardaremos mucho-
-Por supuesto cariño, no debes de ni preguntar, déjanos en esa heladería que tanto te gustaba de niño, nos divertiremos mucho- dijo ella ganándose saltitos de Milo.
Lo miré con una ceja levantada, pero no dijo nada, solo me guiñó un ojo.
Sin más preámbulo, dejamos a Evangeline y a Milo en una linda heladería estilo campestre, y luego volvimos a dirigirnos hacia el centro, pero algo lejos aún de todo el ajetreo. Hasta que Adam estacionó frente a una blanca mansión inmensa.
-¿Qué hacemos aquí?- dije cuando me ayudó a bajar del auto.
-Bueno, esta es la casa donde me crié- dijo mirando con aire ausente las rejas viejas, y el patio delantero sin cuidar desde hace años- Ven- me tendió una mano, y lo seguí, como haría siempre.
Adam sacó un manojo de llaves, y abrió la gran puerta de madera, que hizo un rechinido al abrir, así como un enorme eco se hoyó adentro.
Encendió la luz, y enseguida vimos el vestíbulo, iluminado por una gran araña de techo, era bonito, impresionante, pero tenía un aire frío, lúgubre, había polvo por todas partes, se notaba que nadie estuvo aquí en años.
Adam caminó hasta el centro, mirando todo como si fuera la primera vez, pero al mismo tiempo, recordando todo como si jamás hubiera salido de aquí.
-Es nuestra-
-¿Ah?- dije desviando la mirada del cuadro que estaba viendo, un retrato pintado a mano del padre de Adam, con su madre y Adam cuando él nació.
-Mi padre nos la dejó, nos dejó todo, todo...- dijo negando con la cabeza en incredulidad, hasta se rió un poco- Desde su oficina en el centro, hasta su fortuna absurda en el banco, a Evangeline le dio su casa de retiro en los Alpes, pero ella dice que quiere venderlo- se rió caminando hasta el busto decorativo de vaya a saber quién- Y quería mostrártelo, podemos vivir aquí luego de casarnos- se acercó a mi y me envolvió por la cintura a él.
-Eh... no lo sé Adam, es bonita, en serio que sí, pero es muy...-
-Grande- dijo completando mi frase y caímos en risas- Lo sé amor, sé que quieres algo cómodo y bonito, algo como la casa de Evangeline, por algo me caso contigo-
-Oye- lo golpeé en el pecho juguetona y se mató de la risa.
-La venderemos, pero quería que consideraras algo-
-Estoy escuchando- dije jugando con el cuello de su camisa.
-Hagamos la boda aquí, mis padres se casaron aquí, y no sé, es perfecto para algo pequeño como tu quieres, y sería un desperdicio no usarla para eso aunque sea- dijo encogiéndose de hombros.
-¿Es lo que quieres?- pregunté acariciando su rostro.
Lo consideró un momento- Sí- asintió.
-Entonces nos casaremos aquí- sonreí y me alzó por los aires dando vueltas que me hicieron reír.
-Oh, pero hay algo más- dijo de repente volviéndome a dejar en el suelo.
Lo miré con los ojos entrecerrados y entonces buscó algo en sus bolsillos- Era un regalo de bodas, pero no me resisto, cierra los ojos y abre la mano- pidió divertido y riendo hice lo que dijo- Bien, ya puedes abrirlos-
Miré lo que tenía en mis manos, un manojo de llaves con un llavero en forma de aguacate- ¿La puerta secreta a tu corazón?- bromeé y me dio un empujoncito.
-En Nueva Orleans, allí es donde está tu vida, y de donde jamás te apartaría, y mi vida está contigo Grace, donde sea que vayas, así que hay un lugar, justo en el centro, libre para que tu sueño se haga realidad-
Abrí los ojos a tope- Adam...-
-Tu propio local, para que empieces tu sueño, serás la mejor, de eso estoy seguro- sonrió acariciándome la mejilla.
-Dios mío- fue todo lo que pude decir, tenía un nudo atorado en la garganta, y con todo el amor que le tenía, lo abracé con todas mis fuerzas- Dios Santo, como te amo Adam Henderson, eres el amor de mi vida, y yo no tengo nada que darte- dije llorando en su hombro.
-Claro que sí- dijo con el ceño fruncido- Me lo das todo, con solo mirarme, te amo Grace, te amo tanto que siento que voy a explotar- sonrió ampliamente antes de darme un beso, mostrándome así, todo lo que no podía en palabras.
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La canción clásica que habíamos elegido para que yo entrara entonces comenzó, era The Swan (Saint-Saëns), y los nervios estaban que me mataban.
-Hey- oí a mi lado, Chuck me dio unos golpecitos en la mano para darme ánimos- Estás preciosa, es tu momento- dijo riendo de mi cara.
-Lo sé- me reí- Pero los nervios me están comiendo-
-Se irán en cuanto veas a Adam, ya lo verás- dijo antes de que las puertas se abrieran y entonces apreté su mano con fuerza- Grace, sé que no te lo he dicho antes, pero estoy, muy, muy orgulloso de ti- me sonrió con lágrimas en los ojos.
-Oh Chuck, no me hagas esto ahora- le di un empujoncito porque estaba que lloraba, y me acerqué a darle un beso en la mejilla mientras él reía de mi reacción.
-Vamos, ya es hora- dijo poniendo la cabeza en alto, y entonces empezamos a caminar por el camino de pétalos blancos que Milo con ayuda de Fred dejaron primero.
Y Chuck tenía razón, todos los nervios se me fueron, cuando vi a Adam esperándome, con esa sonrisa que me hacía el corazón latir desenfrenado, se había afeitado para hoy, y entonces, se limpió los ojos.
Oh mi Dios, estaba llorando.
A su lado, Garret le palmeó el hombro y le dio un pañuelo, y finalmente, me disolví en las lágrimas que tanto aguanté desde que comenzó el día.
Llegué junto a él, bajo la mirada de todos nuestros seres queridos, que nos miraban entre lágrimas y sonrisas resplandecientes, bajo la linda tarde en el patio que habíamos decorado estilo elegante, pero simple.
Muchos nos habían preguntado si estábamos seguros de casarnos, ya que solo llevábamos unos meses de estar saliendo, pero Adam tenía la respuesta perfecta: -Amor, tengo toda una vida para conocerte-
Y ahora, a punto de unir nuestras vidas, no había una sola duda que tuviera.
-Estás tan hermosa- dijo dándome un beso en la mejilla.
-Usted tampoco luce mal señor Henderson- respondí solo para él.
Le di el ramo a mi dama de honor, a Mara, que estaba tan feliz que casi se desmayaba, tomé la mano de Adam y juntos miramos hacia el cura frente a nosotros.
-¿Lista, futura señora Henderson?- me susurró Adam al oído.
-Siempre he estado lista, futuro señor Keller- le guiñé un ojo, y el comienzo de nuestras vidas, juntos, empezó.
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Broken Soul / 18+
RomancePaz. Eso era todo lo que querían, todo lo que buscaban. Uno, se alejó de todo para conseguirlo. La otra, ocultaba un secreto para intentarlo. Grace Keller no lo sabía, pero tenía tanto en común con Adam Henderson, el extraño que en un día más de tra...