Dulce Amor [DrakeMitsu]

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Muchos llaman al sexo casual  "hacer el amor" pero no es así, hacer el amor es unirte con esa persona especial a la cual te entregas de cuerpo y alma, donde compartes besos con amor y lujuria. Sexo puede ser con cualquiera pero hacer el amor es con ese alguien especial.

Ken y Takashi volvían a casa con las compras de la semana, era domingo y habían tenido tiempo libre en sus respectivos trabajos. Mientras el taxi avanzaba, ellos charlaban de su día.

Faltaba menos de un mes para Navidad y debían ir pensando en que hacer para ese día. Draken aportaba ideas simples y vagas, Mitsuya agarraba esas ideas y las convertía en todo un plan. Ryūguji amaba oír todos los planes de su esposo, podría oírlo hablar de sus conjuntos o planes por horas y no se cansaría, todo de Mitsuya le atraía e interesaba.

Takashi calló por escuchar al chófer del taxi avisando que ya habían llegado. La pareja bajó del auto con sus diferentes bolsas de tela, mientras Ken habría la reja del portón, Mitsuya pagaba al señor.

El cielo oscuro se veía decorado con un sin fin de puntos blancos, estrellas, pocas nubes tapaban algunas y la luna aún no estaba completamente visible, tal vez para navidad la luna alumbre como una lampara.

Una vez que los dos entraron a casa, se quitaron los zapatos poniéndose los zapatos de casa. Se quitaron los abrigos y fueron a la cocina. Sacaban los productos de las bolsas colocándolas en su respectivo sitio, algunas en las repisas y otras en la nevera. El ambiente dentro de casa era calido y muy callado, Mikey y Takemichi habían ido de paseo al sur de Japón para ver unos arreglos y la casa se sentía tan vacía.

Sano y Hanagaki vivían con ellos desde hace un par de años y por eso se les había hecho costumbre oír sus risas y charlas, eran como sus hijos adoptados.

-No pensé decirlo pero extraño los berrinches de Mikey. -Comentó Draken comenzando una conversación.- Y el lloriqueo de Takemichi cuando ve videos tiernos.

-Vuelven la semana que viene, así me dijo Takemichi-Informó Takashi.- Cuando vuelvan desearas que se vayan otra vez, estoy seguro. -Rio.

-Tal vez...pero ¿Sabes?

-¿Qué?

-Me alegra tener la casa sola, así puedo darte cariño sin que nadie nos observe.- Ryūguji abrazó fuertemente a su esposo.- Te amo..

-Yo también te amo, Ken...-Mitsuya correspondió el abrazo con la misma intensidad.

Hubieran seguido diciéndose cosas más cursis pero el teléfono de casa sonó, Draken rompió el abrazo y fue a contestar. Mitsuya guardo las bolsas de tela en un cajón, prendió su celular.

Mientras examinaba si había alguna novedad decidió poner música, veía su lista de reproducción y sonrió al ver una en especial. Oyó los pasos de Ken acercándose y puso la canción subiendole el sonido a la mitad. Ryūguji vio a su esposo y Escuchó la música.

-¿Quieres bailar?

-Mmm, no creo que así se pida.- Contestó Draken.

Mitsuya rio, aveces su esposo era un consentido y eso le encantaba. Se acercó a su pareja, tomó su mano y depositó un beso ahí.

-Ken Ryūguji, esposo mío, ¿Me haría el honor de bailar conmigo, este simple admirador de su belleza? -Dijo como si de un príncipe se tratase.

Ambos se sonrojaron por la escena que se estaban montando, Ken aceptó gustoso siguiéndole el juego. Aunque la diferencia de altura era notable eso no detenía a Mitsuya que poso su mano izquierda en la cintura de Draken y con su mano derecha agarró la mano izquierda de su contrario. Era la pose de un baile de salón.