5

1.4K 156 19
                                    

No elegimos a quien amar, simplemente sucede. Aveces aquel amor es unilateral, y duele, duele demasiado. Ver que la persona que amas no te ama, que no te dice palabras de amor o de cariño, que no te besa con ternura y paz. Muchas veces somos nosotros mismos cómplices de nuestro dolor profundo por un amor no correspondido.

El amor no solo es felicidad, sino también tristeza. Y una que quema y abruma.

Vemos a esa persona especial con otra persona, y te alegras porque es feliz con ella pero al mismo tiempo te duele porque no estas en su lugar. ¿Por qué yo no? ¿Por qué yo debo ser un simple admirador de su amor?. Tu corazón duele cada vez que los ves dándose afecto, cada que se dedican miradas o están tomados de las manos, porque así es el amor, es traicionero, doloroso pero muy hermoso. Te sientes en el cielo cuando por un segundo esa persona voltea a verte, cuando pregunta por ti,  cuando te felicita. El sentimiento de soledad desaparece y te sientes en un hogar, uno muy cálido. Tus mejillas se enrojecen cada vez que te dice que te quiere pero luego tu sonrisa se transforma en una mueca al escuchar aquella dolorosamente linda palabra "Amigo"[a/e], todos tus anhelos cayeron y no es culpa de él o ella, es tuya y de tu ser por quererle, aunque realmente nadie tiene la culpa al 100%.

Mitsuya observaba el vestido de novia que recientemente había acabado, aquellas telas blancas de material fino y suave se mezclaban entre pliegues e hilos,  aquellos adornos de seda tan delicados que le daban vida al diseño. El velo largo con detalles resaltantes también estaban. Todo un conjunto de novia hermoso. Y a su lado un terno de color negro con bordados en hilo dorado, teniendo como imágenes diferentes signos representativos, la camisa blanca y la corbata roja eran lo que hacía hermoso a ese conjunto de novio.

Todo era tan hermoso, pero tan doloroso.

Draken y Emma se iban a casar la semana que venia, después de tantas cosas la pareja estaba cumpliendo el sueño de casarse.

Takashi se ofreció a hacer los atuendos de los novios, quería vivir la felicidad de la pareja al dar ese gran paso, quería ver a Draken hablar con sentimiento de aquella boda. Quería sentir su felicidad aunque sea por última vez, porque cuando se casara con Emma , Mitsuya no tendría oportunidad de ser amado por Ryūguji, no sería mimado por él,  ya no.

Draken sería de Emma y Emma de Draken, mientas el sobraba en todo eso.

Así es el amor, no es muy justo muchas veces, pero que más daba mientras la otra persona sea feliz todo estaría bien, aunque uno se esté muriendo por dentro.

[...]

-Emma Sano ¿Acepta a Ken Ryūguji cómo su legítimo esposo?-Preguntó el notario civil.

-Sí acepto. -Respondió la bella novia.

-Ken Ryūguji ¿Acepta a Emma Sano como su legítima esposa?

-Sí acepto. -Respondió el novio.

De ahí todo fue bulla de felicidad, silbidos,  buenos deseos y risas. Los novios sellaron su promesa de matrimonio con un corto beso de amor. Mikey aplaudía mientras tiraba pétalos de cerezo, Takemichi estaba llorando junto a Hinata. Baji,  Chifuyu y Kazutora estaban haciendo escándalo felicitando a los recién casados. Hakkai, Los gemelos y resto de la ex-Toman aplaudían.

Y Mitsuya simplemente sonreía queriendo llorar, todo sus sentimientos hacia Ryūguji se acumulaban traicionando su serenidad, no podía hacer nada más que estar feliz por los novios ¿Había otra cosa que hacer?, Takashi sabía que su amor nunca sería correspondido, se había preparado para eso pero igual dolía, dolía como el demonio.

En el fondo de su corazón, deseó que Draken no hubiera aceptado, pero eran simples deseos egoístas que nunca pasaron porque no existe el "hubiera"...

El amor...que raro es el amor...que dolorosamente tierno es el amor...

Dulce Amor [DrakeMitsu]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora