La bella ciudad de Tokyo seguía espléndida al pasar de los años.
Los años pasan rápido, aunque no queramos aveces, el tiempo no espera y continua. Todo tiene un ciclo, es por naturaleza, por un Dios o lo que uno crea.
Las etapas de nuestra vida van avanzando hasta que se detienen, nos quedamos en una etapa hasta el resto de nuestros días; La vejez. Esos crueles o añorados últimos años de existencia.
Algunos pasan esos años solos pero otros los pasan en pareja...
En una residencia no tan alejada al centro de la ciudad, en un barrio acomodado donde las flores eran el mayor característico , se encontraba un taller de mecánica a lado de una casa simple. Un hombre viejo arreglaba una moto y junto a él, en una silla en una esquina, se encontraba otro hombre viejo tejiendo esperando.
Ken Ryūguji y su esposo Takashi Mitsuya disfrutaban de la tarde tranquila ese día. Ambos ancianos y enamorados.
La melodía que reproducía la radio era el único acompañante de la pareja, algo hermoso. Eran en su mayoría canciones en inglés, algunas melancólicas y otras felices.
La pareja veía pasar a los niños que jugaban por la cuadra, pequeños llenos de energía que aprovechaban para jugar. Los hijos de la pareja ya estaban grandes, habían hecho sus vidas y venían a visitarlos cuando tenían tiempo. Aunque aveces la casa se sentía enorme para ellos dos, no dejaba de ser acogedora. Ambos adultos habían pasado gran parte de su vida en aquella casa.
Era una tarde de abril, el clima estaba pasable. Una pareja de recién casados entraba a su nueva casa con un montón de cajas, algunas pesadas y otras ligeras. La residencia aún estaba vacía, así que tenían mucho trabajo por hacer.
-¿Te gusta? -Preguntó Takashi observando la sala, que había recién ordenado.
-Sí, me encanta.- Respondió Ken besando la mejilla de su ahora esposo.
La pareja terminó de acomodar la habitación principal a las 10 pm, estaban exhaustos por haber trabajado todo el día en casa. Cenaron algo ligero y fueron a dormir, al día siguiente tenían que terminar.
Se acostaron en la cama y se abrazaron, la cabeza de Mitsuya estaba apoyada en el pecho de Ryūguji. Ken acariciaba los cabellos lilas de su esposo.
-Mañana ordenare mi estudio, no me dieron mucho tiempo de descanso por la boda. - Comentó Takashi.
-Creo que pondré mi taller en el cuarto que hay cerca al portón.- Acotó Draken.
-Te amo, Ken...
-Yo también te amo, Takashi...
-Terminé.- Anunció Draken limpiando su frente con un pañuelo.
-Me alegro mucho, cariño.- Mitsuya dejó de tejer. -¿Quieres algo para tomar?
-No, estoy bien. Gracias.
Ryūguji se levantó de su asiento y ordenó sus herramientas, se limpió sus manos y observó a su pareja, a su hermosa pareja.
Mitsuya terminaba de tejer una manta melón, sus cabellos lilas ahora eran más claros y estaban amarrados en una pequeña cola baja, su rostro ahora mostraba arrugas pero para Ken seguía siendo hermoso, tan bello como cuando se casaron. Su sonrisa al tejer era la misma con el pasar de los años, no podía describir cuanto amaba a Takashi solo podía decir que lo amaba.
Mitsuya se percató de que Ryūguji lo observaba.
-¿Sucede algo?
-Lo que pasa es que tengo un problema.
-¿Cuál? ¿Hay algo que pueda hacer?
-Si hay algo que puedas hacer...darme un beso, así mi problema se va.
Takashi rio y vio como su esposo se acercaba a él. Ambos se observaron y se dieron un beso corto.
Su momento romántico no les duró mucho.
-¡Ken-chin! -Llegó gritando Mikey.
-Buenas tardes, Draken-kun y Ryūguji-san -Saludó Takemichi, trayendo en mano una bolsa con pan.
Los esposos Sano vivían a dos cuadras de ahí así que siempre que podían iban a ver a la pareja.
-Justo a tiempo para la cena, vamos entrando a la casa.
Las dos parejas entraron a casa, a casa...
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Dulce Amor [DrakeMitsu]
FanfictionPequeños Draables, Oneshot o Headcanons sobre esta pareja. ⚠️Si no te gusta esta pareja por favor retírate, así evitaremos problemas. ●Pequeña mención al ship MikeTake