Treinta y uno

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La adolescente enseguida se distanció de Mauro y miró hacia la puerta, encontrándose con su novio parado allí.

- No te imagines cualquiera - habló Mila mientras se levantaba del suelo y caminaba hasta donde se encontraba el rubio

Este último salió del cuarto, sin escuchar lo que tenía para decirle. No dejó que la chica se acercara y pegó un portazo.

No se imaginaba nada, los había visto con sus propios ojos. Le dolía, si. Obviamente le dolía.

Intentaba todos los días, desde que habían comenzado la relación, ser un buen novio y tratarla como la morocha lo merecía pero ella cuando tenía la oportunidad corría a los brazos del otro chico tatuado.

- Espera Emanuel - se escucharon los gritos provenientes de la voz de Mila - No seas así

El nombrado no aguantó más el enojo y se dio vuelta, encontrándose de frente nuevamente con la castaña.

- ¿Que no sea así? Vos ponete en mi lugar un minuto y no seas tan egoísta - le habló ahora él

La joven se sorprendió al escucharlo responderle de esa forma.

Nunca le había levantado la voz, nunca la había tratado mal, nunca le había dicho ningún adjetivo calificativo como ese.

- ¿Egoísta? ¿En serio pensas así de mí? - cuestionó ella, algo consternada

- La verdad que si, podrías ponerte un poco en mi lugar - comenzó a decirle - Desde hace más de tres meses que estoy al lado tuyo intentando hacer que te olvides de todo lo que sufriste por este estúpido, pero vos no haces nada más que involucrarte peor con él y dejándome a mí en el papel del boludo del año

Los ojos de Mila cada vez tenían más cantidad de lágrimas acumuladas. Le dolía que le dijera eso, que no entendiera que para ella era complicado olvidarse de su primer amor.

Quería a Emanuel, pero Mauro era diferente.

Era su otra mitad desde el día uno.

- Es muy difícil para mí, entendé que estamos juntos desde que yo tengo uso de razón - replicó

El rubio se acercó al cuerpo de su novia y la atrajo hasta su pecho, abrazándola. Aunque estaban enojados, le dolía verla llorar.

Ella respondió a su abrazo, pasando sus brazos por la espalda del chico y llorando aún más.

- Nunca quise que te sintieras un boludo ni nada por el estilo - exclamó la menor entre sollozos - Pero no puedo estar sin Mauro al lado mío

- No te digo que dejes de verlo o de estar con él, pero prometeme que sólo es con intenciones de mantener una amistad - le respondió

La adolescente dudó en si mentirle o no.

No podía ver a Duki como un simple amigo, pero aún así asintió con su cabeza y después dejó un beso en el espacio del cuello de su novio. No quería lastimar a Emanuel después de todo lo que había hecho para mantenerla feliz.

El tatuado justo salió de la habitación de Mila y vió el abrazo entre los jóvenes, y ahí en ese momento se arrepintió de haber tomado de más esa noche en Pinamar y haberla engañado con Bianca.

Ahora le dolía el corazón y su alma no podía reponerse de la tristeza, pero ya era tarde. Su morocha era de otro.

Sin interrumpir a la pareja, se dirigió a la cocina con los demás.

- ¿Estás bien Mau? - preguntó Candela, cuando notó que su hermano traía una cara de mala muerte

Este último asintió con la cabeza. Sin decir nada.

Después de unos minutos, la adolescente y el rubio llegaron también a la mesa para comer. Venían de la mano, como si nada hubiera pasado antes, y la sonrisa en la cara de él enfurecía a Duki.

Todos se sentaron en sus respectivos lugares y Viviana fue la encargada de servir la comida. En la cena, así como también durante el postre, Mila se mantuvo callada.

Estaba incómoda. No le gustaba estar entre medio de su actual novio y de su ex, y menos junto al resto de los familiares.

- ¿Salen hoy después de las doce? - indagó el novio de la madre de Mila

- Yo voy con mis amigas a un bar de acá cerca - le respondió Cande - Y Mauro creo que también viene con Bren, ¿no?

El tatuado asintió.

Eso a la morocha le dolió. Se vino a su mente esa noche de 31 de diciembre del año 2018, hace dos años, en la que habían confirmado su noviazgo frente a sus padres.

Ahora estaba junto a otra persona, disfrutando de hacer lo que antes hacía con ella. Entregándole sus besos, sus abrazos, acostándose con ella y despertando todos los días a su lado.

Pero Mila nunca supo que cada vez que la besaba, que la abrazaba, que cada vez que tenían relaciones o que amanecía junto a Brenda, en realidad Duki se la imaginaba a ella.




solamente porque hoy soy buena DIABL4 ♥️

pd: estoy terminando mi novela de c.r.o y después quiero escribir otra, así que déjenme a quién de los chicos quieren de protagonista

Complemento | DukiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora