Veintitres

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26 de junio, Buenos Aires ; 2019

Dos días pasaron de esa discusión.

Mauro se había decidido e iba a actuar. Tenía un plan en su mente preparado para volver a conseguir el amor de esa morocha.

Primero, lanzar la canción que había escrito para ella.

Segundo, llenarla de regalos.

Tercero, la que creía él que iba a ser la mejor sorpresa de todas. Ella quería uno, él le iba a dar dos.

- El tema ya esta afuera - le avisó Asan - Subí alguna historia promocionándola

Él agarró su celular, abrió la aplicación de Instagram y compartió el link que los llevaba de forma directa al video. Después entró a Whatsapp, más específicamente al chat de Mila, y también se lo envió.

Ella, en su habitación a punto de bañarse, escuchó la alarma de la notificación y decidió revisarla. Al ver que era el tatuado se puso nerviosa pero aún así abrió el enlace.

Los primeros sonidos del beat inundaron el silencio de su cuarto, acompañados de la voz ronca del rubio.

Pasados los tres minutos que duraba la canción la chica era un mar de lágrimas. La letra demostraba lo dolido que se sentía, lo mal que la estaba pasando.

Simbolizaba a ellos dos. A su relación. Sol y Luna.

Supuso que ese era el acto que ella le había pedido.

- Ay Mauro - suspiró

Dejó la ducha para más tarde y salió rápido de su casa. Iba a ir a verlo, necesitaba tenerlo cerca y dejar de guardarle rencor.

Tiempo después ya se encontraba golpeándole la puerta. Ysy le abrió y, cuando la vió ahí, le sonrió.

- Yo sabía que con eso se te iba a ablandar el corazoncito - le dijo este

La dejó pasar y le indicó que su amigo estaba en su habitación. Cuando subió las escaleras se frenó delante de la puerta que la separaba del joven, algo tímida. Agarró el picaporte y se decidió a entrar.

El tatuado estaba acostado boca abajo, por lo que había sentido el ruido pero no la había visto.

- No molestes gordo - sostuvo - No estoy de humor

- No es Alejo, soy yo - le respondió la adolescente

Ni bien escuchó esa voz tan dulce y juvenil se dio vuelta. La vió tan chiquita, tan nerviosa y frágil frente a él que no pudo contenerse a abrazarla. Se levantó rápidamente y la atrapó entre sus brazos.

Ella le correspondió. Los dos lloraban. Los dos querían eliminar la distancia que los separaba. Los dos deseaban que lo ocurrido en el pasado nunca hubiese existido.

- Me encantó - habló escondida en su pecho - Te perdono

Mauro se separó unos centímetros y la miró con el entrecejo fruncido. Ese gesto, combinado con su semblante triste, hizo reír a la chica.

- ¿Eso sólo sirvió para que me perdones? - preguntó incrédulo

- ¿Cómo? - replicó la morocha - ¿No era ese el gesto que te pedí que hicieras?

Duki soltó una carcajada que desconcertó a su acompañante.

Enseguida se agachó y de abajo de la cama sacó más de diez bolsas diferentes. Después, caminó hasta su ropero y de uno de los cajones agarró una cajita negra.

- Te compre todo esto para vos, iba a llevártelos a tu casa pero te me adelantaste y viniste acá - explicó

El cantante abrió la caja pequeña de gamuza que tenía en sus manos, dejando ver una cadena plateada con un dije en forma de luna en ella. Se posicionó detrás de su cuerpo y le colocó la joya.

Mila no podía creerlo. Ahora sí entendía el comentario de Asan en su publicación.

Se giró, pasó sus brazos por la nuca de él, y al fin lo besó. Cuando sus bocas se separaron para poder respirar, ella se sentó en la cama y empezó a abrir los regalos restantes.

Ropa, zapatillas, carteras, un perfume. Era un montón.

- Te pasaste - le agradeció la joven - No puedo creer que vos elegiste todo esto

Él se sentó a su lado y puso la mano encima de su muslo, llamando su atención.

- Y falta lo mejor - agregó

Sin imaginarse qué sería lo que tenía preparado, lo siguió escaleras abajo hasta llegar al patio de la mansión.

Ni bien abrió la puerta, un cachorro corrió a recibirlos. Era igual al que le había llevado Candela el día de su cumpleaños. Un hermoso pug. Cómo los había conseguido no lo sabía pero sin duda eran demasiado tiernos.

Su mamá se había enloquecido cuando vió al perro en su casa, aunque después de unas horas se encariñó. No sabía como iba a reaccionar cuando se enterara que existía un segundo animal.

- Vos cuando cumpliste quince me pediste un perro entonces ahora para que veas que de verdad te amo y me acuerdo de todo lo que decís te regalo dos - le dijo mientras acariciaba la cabeza del mismo

La chica lo abrazó, quedando el cachorro en el medio de los dos cuerpos, y en ese momento sintió que todo había vuelto a la normalidad.

- ¿Cómo les vas a poner? - indagó

- Al primero le puse Moro, ahora este decidí vos - le contestó - Que no sea algo raro ni feo porfi

Mauro lo penso unos segundos, hasta que por fin se le ocurrió.

- Margarita - decidió

Los cuatro con la misma inicial.



- perdón, los tenía que juntar 😭

Complemento | DukiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora