27. EL ACCIDENTE

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ISABELLE PASÓ SUS BRAZOS POR LOS hombros de Jasper y le dejó un suave beso en su mejilla, permitiendo que su corazón se hiciera cargo de sus emociones y acciones

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ISABELLE PASÓ SUS BRAZOS POR LOS hombros de Jasper y le dejó un suave beso en su mejilla, permitiendo que su corazón se hiciera cargo de sus emociones y acciones. Se sentía terriblemente nerviosa por encontrarse de regreso en uno de los pasillos de la escuela, alcanzaba a oír los sonidos de los estudiantes murmurar su nombre y sus corazones latir con fuertes golpeteos. Apenas llevaba allí unos dos minutos y los rumores de la chica nerd saliendo con uno de los raros era más denso que el metal iridio. Imaginó que a todos debía estar haciéndole ruido su desaparición y su regreso a la escuela, no había caminando sola como lo hizo por tantos años y ahora estaba cerca de un chico hermoso, con el que nunca antes se había relacionado. Si las circunstancias hubieran sido diferentes y ella habría estado mirando todo desde un tercer plano, también se quedaría mirando a la pareja con una mirada llena de curiosidad.

Pensó en lo rápido que había regresado a clases, en que quizás necesitaba al menos, unos tres años más para volver a interactuar con tantas personas y no ceder ante su sed, pero a último momento, se convenció con que estaba perfectamente bien. Había mantenido una conversación con el director en su oficina y la ilusión de recuperar sus buenas calificaciones fue motivo suficiente como para ignorar sus instintos primarios. La reunión había sido larga, habló de primera mano con algunos profesores y todos se mostraron de acuerdo con que pudiera regresar a clases. De igual forma, la mayoría de los docentes se mostraron alegres cuando la vieron sana y salva, y en lo profundo de su corazón, Isabelle los había extrañado también. La conversación fue placentera y cuando salió de la oficina, se encontró con el Hale esperándola de forma impaciente detrás de la puerta.

—¿Quieres escuchar las buenas o las malas noticias?— cuestionó ella, mirando hacia atrás para encontrarse con los ojos de unos estudiantes en ellos. Regresó su atención a él, recordando que no tenía que sentirse incómoda y mucho menos, reservada. Antes nadie quería siquiera cruzar sus ojos con los suyos, era completamente ignorada y nunca recibía un saludo recíproco. Ahora, era como si todos quisieran acercarse para preguntarle qué rayos sucedía.

Jasper frunció su ceño y su rostro se mostró preocupado.— ¿Hay malas noticias?

—Estoy oficialmente graduada, los profesores creyeron que unos trabajos prácticos o exámenes no valían la pena como para hacerme venir todos los días aquí. Además, antes de que sucediera lo que sucedió, había obtenido varias calificaciones adicionales con proyectos que hice en las vacaciones de verano. El único que se opuso fue el profesor de Historia, porque dijo que nunca le entregué mi ensayo de Napoleón Bonaparte y era injusto para los demás estudiantes. De todas formas, el director acordó que una vez que se lo entregara, ya no habría ningún problema.— Izzy sonrió con ganas y esperanza, continuó explicándole todo lo que ocurrió en esa reunión de una hora y media.— Mi calificación no será la mejor de toda la clase, pero creo que alcanzará para que me puedan aceptar en una universidad cercana. Así que... No tendrás que verme por aquí.

Al inicio, estaba asustada de la forma en la que sus profesores podían llegar a no estar de acuerdo o arrepentirse de tomar la decisión de tenerla en la escuela. No le molestaba rendir exámenes y entregar trabajos largos, sin embargo, cuando la oportunidad se le presentó y reconoció todos los pros y contras, supo que eso era lo mejor. Tal vez para entrar en una universidad carísima y obtener una beca necesitaba el mejor promedio, no obstante, ahora pensaba en cursar la universidad en línea y eso la ayudaba a evitar cruzarse con nuevas personas. Al menos, hasta que se percibiera totalmente confiada como para sentarse en un salón repleto de gente y no perder su poder de abstinencia. Sin murmurar ni una palabra, el rubio la acercó hasta sus labios y se fundieron en un dulce beso. Isabelle se sentía contenta de la forma en la que su vida se movía, era como si todo se estuviera uniendo, los trozos de una taza de cerámica que se había roto en pedazos. La joven se separó por unos segundos y pasó la lengua por sus labios, creyó divisar a algunas caras conocidas entre todo el tumulto de personas. Se había hecho tarde, pensó ella, así que caminaron juntos hasta el estacionamiento de la escuela y casi corrió para contarle las noticias al resto de los Cullen.

Tragedy ✓ ⋆ Jasper HaleDonde viven las historias. Descúbrelo ahora