Hola, Wattpad se está comportando raro y ya me dijeron algunas personas que muchas veces no les llega la notificación de los capítulos nuevos. Les recomiendo seguirme, ya que siempre subo anuncios y es más seguro que de esa manera, puedan estar informados para saber si subí algún capítulo.♡♡
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
ISABELLE SE APOYÓ EN UNA de las paredes blancas, con sus ojos puestos en las personas que caminaban por el amplio hospital. La mano de Jasper se colocó delicadamente sobre la suya y sus miradas volvieron a encontrarse, como si no hubieran estado en los últimos minutos dándose miradas cómplices. Ella juraba que cada vez que sentía que el rubio le estaba prestando atención, se sentía un poco más emocionada y extasiada. Al inicio, pensó simplemente estaba contenta por el hecho de que sus dones pudieran hacer el bien y lo que más ansiaba era encontrarse con Carlisle, para preguntarle si podía llegar a utilizarlo con sus pacientes. Después de unos minutos, pudo reconocer que esa sensación enigmática en su cuerpo no era meramente por su persona, era el vampiro que estaba al lado suyo y la manera en la que la hacía sentir como si fuera realmente poderosa. La adolescente no sabía hasta qué punto eso era cierto, sin embargo, le gustaba sentir que era mucho más que una niña indefensa necesitando la ayuda de alguien más.
—¿Crees que deberíamos preguntar nuevamente por él?— preguntó, recuperando su habla y visualizando la puerta en donde se suponía que estaba el doctor. Técnicamente, él se encontraba detrás de muchas más puertas y a una distancia sumamente más extensa, pues no podía siquiera percibir el susurro de su voz. Una de enfermera los había acompañado hasta un pasillo, diciendo que él estaba en una reunión y hasta que no se desocupara, no podía acceder a hablar con ellos. Desde esa declaración, había pasado una hora y media.
—No puede tener una reunión por toda la eternidad. Además, no es como si nos hiciéramos más ancianos por esperar.— Jasper respondió con un torno burlesco y ella formuló una mueca, sabiendo que eso era verdad. Le resultaba extraño pensar en que quedarían congelados en el tiempo, con todo el mundo envejeciendo y ellos manteniéndose con la misma imagen. Jasper Hale era mucho más grande que ella y frente a sus ojos se veía como si tuvieran la misma edad.
—¿Cómo se siente vivir por tantos años? Suena extraño transitar la eternidad años en soledad, mientras todos a nuestro alrededor siguen con el transcurso de sus vidas.— Isabelle quiso admitir que no sabría cómo reaccionar cuando sus hermanos comenzaran a crecer, viéndolos cumplir la misma edad que ella tenía en el momento en que se convirtió y después, verlos con sus cabellos blancos y cercanos a la vejez. La vida no solía ser de esa manera, los hermanos mayores eran los que se iban primero y los menores los veían envejecer. Rami era el menor de su familia, un niño pequeño que había visto nacer y que eventualmente, también vería morir. Echó esa nostalgia de su cabeza y la escondió en la parte más oculta de su mente, recordándose que esa era su nueva vida y debía acostumbrarse. Quizás Jasper notó el transcurso de sus pensamientos, porque sintió una oleada de calma llegar hasta ella, tal como un abrazo cuando más lo necesitaba. Aunque, si tenía que elegir entre el don del Hale y sus abrazos, era muy evidente que prefería tenerlo a él.
