Los siete días pasaron más lento de lo que hubiera deseado. Yibo contaba los últimos minutos para la media noche y sin poder esperar más llegó al puente de Yunmeng casi una hora antes.
La noche se sentía fría, pero eso no le impidió sacar su propia motocicleta para llegar al lugar. Esperaba ver alguna pequeña multitud en los alrededores como en las anteriores presentaciones, grande fue su sorpresa cuando nadie más se acercaba, ¿se había equivocado de día?, ¿de lugar?, ¿había sido una broma?
Conforme avanzaban los minutos se sentía cada vez mas inseguro porque no se veía ningún alma cerca. Quizá el bailarín se había arrepentido. Recordaba su rostro lleno de lágrimas y se maldijo el no haber intentado algo más, haberlo dejado ir tan fácilmente.
Un leve pitido en su reloj de pulsera le indicó la media noche exacta, contuvo la respiración y escaneó de nuevo el lugar. Nada. Sólo estaba él y el sonido del agua que pasaba por debajo del puente. Las luces de las lámparas eran brillantes y blancas dándole al lugar un toque especial y hubiera sido genial si no fuera porque estaba solo.
Los minutos pasaron, su espíritu cada vez se hundía un poco más. Tenía la ilusión de volver a ver al bailarín, de volver a tocarlo, a besarlo y tomarlo entre sus brazos. Si tan sólo lo hubiera mantenido a su lado, si tan sólo no lo hubiera dejado ir.
Había pasado casi una hora y él seguía sólo recargado en su motocicleta, aún rogaba porque apareciera, pero con cada minuto su esperanza moría un poco más. El viento se hizo presente, al estar cerca de los muelles, este era particularmente más fresco, su piel se estremeció por las ráfagas que alborotaban su cabellera. Había sido un tonto al pensar que lo volvería a tener cerca. Tomó el papel con aquellas palabras que le habían dado una gran ilusión.
Dejó el casco sobre su moto y comenzó a caminar por el puente, se giró a todos lados, pero no había nadie más. La opresión en su pecho se hizo presente y oprimió el papel entre su mano molesto, no se explicaba el porqué le importaba tanto aquello. Quizá sentía su orgullo herido porque era la primera vez en su vida que alguien lo dejaba plantado, que alguien se atrevía siquiera a rechazarlo. Abrió los ojos y aprovechando una corriente de aire helado levantó su mano y abrió el puño permitiendo que el viento se llevara el trozo de papel a la oscuridad de la noche.
-Hazlo de nuevo.- dijo una suave voz a su espalda, cerca de su oído. Rápidamente le habían colocado unos auriculares en donde una melodía comenzaba a sonar a alto volumen.
Se giró rápidamente mirando la delgada figura frente a él que movía su cuerpo al ritmo de aquella melodía tan impersonal, tan fuera al contraste de lo que realmente sentía, pensaba y ocurría en el momento.
Molesto se quitó los audífonos cortando aquel ambiente tan extraño. El Bailarían de medianoche dejó de bailar y se quedó quieto a mitad del puente resaltando su negro atuendo contra la blanca luz de las lámparas.
-¿Qué significa esto?, ¿Quién eres?, ¿Qué es lo que quieres?- preguntaba Yibo con voz gruesa, a cada pregunta daba un paso más cerca del Bailarín de Medianoche.
Zhan suspiró un tanto fastidiado, se acercó a Yibo para tratar de colocar de nuevo los audífonos y hacer aquello a lo que había ido, pero el castaño le sostuvo la muñeca antes de que acercara su mano a su objetivo.
-¡Contesta! ¿quién eres?, ¿qué es lo que quieres? – preguntó demandante con el corazón agitado porque había algo en ese rostro que lo inquietaba sobremanera, más allá del extraordinario atractivo también era visible los ojos grandes, redondos y apagados, los círculos alrededor de estos que le daban un aire escalofriante, además reconoció los signos de alguien que está bajo los efectos de alguna droga.
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Bailarín de Medianoche
FanfictionEn las redes apareció un extraño personaje al cual apodaron El Bailarín de Medianoche. Apareció de la nada; una noche comenzó a bailar justo a la media noche. Sus movimientos, sus canciones y su voz eran hipnotizantes. No buscaba dinero, ni fama o p...