La multitud estaba reunida en la gran avenida. Después de más de tres meses sin noticias sobre él, el Bailarín de Medianoche haría una aparición, muy esperada para todos sus fans. La noche era particularmente fría y los vientos nocturnos volaban sombrillas y elevaban abrigos que protegían a los asistentes de una leve llovizna. El clima era malo, sin duda. Muchos sentían que quizá era mejor retirarse y apreciar la presentación a través de la red en la comodidad de su hogar en vez de estarse congelando el trasero en aquella avenida.
Yibo había decidido firmemente no asistir a aquella presentación pues si algo no se le daba era manejar el rechazo, decir que casi no lo había experimentado en su vida sería lo más acertado. Sus rasgos y cuerpo de envidia le abrían cualquier puerta que tocaba, entonces cuando fue apresado fuera de las oficinas de XZ un par de semanas atrás había dañado su ego, su orgullo estaba dolido y él se encontraba principalmente molesto.
Cuando recibió el aviso de la fan en dónde se presentaría, además de avisarle que era una coreografía nueva y no había quién lo acompañara le pidió hacerlo. Yibo ni siquiera respondió, pero al salir de los ensayos de esa noche y el horrendo clima que golpeó su rostro le hizo comenzar a dudar de su decisión.
Manejó su motocicleta arrepentido de no haber tomado un taxi pues sentía sus manos congelarse, fue cuando dando un giro cerca de su departamento que derrapó apenas librándose de un golpe en que pensó en Xiao Zhan y si él también estuviera manejando su motocicleta negra con ese clima que simplemente dio la vuelta dirigiéndose a Yiling con un mal presentimiento en su estómago.
Cuando llegó, la llovizna que caía comenzó a congelarse en el suelo, la producción que normalmente había para las presentaciones del Bailarín de Medianoche era pobre y los concurrentes se podían contar en apenas una docena, pero aquello no fue lo inquietante. Había murmullos y un ambiente totalmente extraño. La música que sonaba de fondo era muy diferente a las que solía escucharse, la melodía era melancólica sin letra que la acompañara.
Con paso lento se abrió paso para ver a un Xiao Zhan moviéndose de forma torpe, sus ropas apenas si lo cubrían de la tormenta y se pegaban a su cuerpo de forma lastimosa. Al principio pensó que lo errático de sus movimientos eran por el frío, pero conforme más se acercaba era obvio que algo no andaba bien. Su cabello normalmente plateado ahora dejaba ver mechones aún negros, sus ojos que mantenía el mayor de tiempo cerrados haciéndolo casi caer en más de una ocasión debido a lo resbaloso e irregular del suelo, al abrirlos los notó rojos, sombras oscuras bajo de estos además de que su cuerpo parecía demasiado delgado y débil.
Yibo lo miró unos minutos sintiendo su corazón estrujarse sin mencionar los murmullos con una clara crítica reprobatoria de aquello, y a pesar de eso, todavía había varios celulares grabando tan penoso espectáculo.
Mirando a su alrededor, percatándose de que nadie quisiera socorrerlo y sólo quisieran un vídeo comprobando el lamentable estado del Bailarín, se llenó de furia y rápidamente atrapó el cuerpo de Xiao Zhan entre sus brazos. Sintió lo helado que estaba e incluso lo amoratado de sus labios. Lo tomó en brazos alejándolo de la multitud y cuando quisieron acercarse a él, los ahuyentó con una mirada amenazante.
Pidió un taxi cuando pudo encontrar un pequeño refugio y esperó ahí tratando de darle calor al pelinegro por los minutos que tardó el transporte que para él fueron horas.
Los dientes le castañeaban y con terror se percató que Zhan había perdido el conocimiento y apenas si respiraba, pidió entonces ser llevado al hospital más cercano. Una vez lo ingresaron a urgencias lo registró bajo su propio nombre para evitar revelar su identidad. Lo hicieron esperar hasta que le notificaron rápidamente que había llegado con hipotermia severa y al parecer, con sobredosis.
Un par de horas después ingresó a la sala un hombre vestido de traje con un grueso abrigo preguntando por el estado del paciente Wang Yibo dirigiéndolo a la sala de espera, Yibo lo vio ingresar y maldijo por lo bajo. Al dar los datos de su seguro, estos habían avisado a sus familiares.
-¡Yibo!, ¡Dios!, ¿qué pasó?, ¿te encuentras bien?- preguntó mientras abrazaba a su hermano – Me avisaron que estabas internado por una sobredosis.
-No soy yo... es un amigo- apenas respondió Yibo aún con el peso de la culpa en sus venas.
No dejaba de repetirse que tal vez si hubiera insistido un poco más, si lo hubiera contactado antes, si quizás no lo hubiera abandonado por su estúpido orgullo, Xiao Zhan no estuviera tan mal.
Haikuan no pudo evitar mirarlo con preocupación y critica en los ojos – ¿Tu "amigo" se droga?- preguntó retóricamente - ¿Es de la compañía de danza?
-No. – Yibo no estaba de humor para responder tantas preguntas y Haikuan supo no presionar más, pues era obvia la consternación del menor.
Una enfermera los llamó – El paciente llegó con hipotermia severa, subimos su temperatura pero su cuerpo está muy mal, tiene desnutrición, deshidratación y consumió una cantidad alta de antidepresivos y otra sustancia que no hemos identificado, ¿ustedes saben qué consumió el joven Wang?
-Lo siento, no- respondió de inmediato Yibo al percatarse de que su hermano iba a aclarar el "malentendido" -¿puedo pasar a verlo? , yo fui el que lo trajo- añadió cuando la vio dudar.
-Puede pasar, también es necesario que alguien se quede con él por la noche.
-Yo lo haré- dijo de inmediato siguiendo a la enfermera y tras él, su hermano.
Yibo se sintió un poco más tranquilo al ver que sus labios ya no eran azules, aunque estaba demasiado pálido para su gusto.
-¿Quién es?- preguntó Haikuan cuando la enfermera se retiró - ¿De dónde lo conoces?
-Es un amigo- volvió a decir Yibo.
-Yibo, por favor. Tienes que decirme algo- dijo Haikuan un tanto exasperado – papá está muy preocupado.
-Sólo diles que fue un error, que estoy bien- murmuró sin quitar los ojos de Zhan, como si temiera que, al dejar de verlo, este dejaría de respirar. Haikuan esperó pacientemente hasta que Yibo se percató de que no se había movido de su lugar – Por favor, hermano, ahora no. Te juro que te explicaré todo después, sólo ahora déjame con él.
-¿Tu estás bien, Bo?- preguntó Haikuan al notar la mirada de su h0ermano.
Yibo lo miró con los ojos brillosos y sólo pudo negar con un movimiento de cabeza tragando el nudo en su garganta.
-De acuerdo. -suspiró Haikuan – vendré por la mañana. Trata de descansar. – Antes de salir se giró un poco – Yibo – lo llamó hasta que este levantó su rostro- hiciste bien, lo ayudaste, no te sientas culpable, el estará bien gracias a ti.
Yibo sólo asintió y tomó con cuidado la mano de Zhan tratando de calentarla con las suyas. Apenas había salido Haikuan y un par de lagrimas salieron de sus ojos al contemplar aquel rostro que poco a poco tomaba más color. Acercando la silla se acomodó con la delgada mano aún entre las suyas dispuesto a vigilar el sueño del pelinegro.
-Fan... Fan- murmuró Zhan un par de horas después haciendo a Yibo incorporarse un poco. Seguía dormido, pero al parecer estaba teniendo de nuevo aquella pesadilla.
-¿Zhan?- llamó Yibo tratando de despertarlo o por lo menos interrumpir aquel sueño, pero no funcionaba -Zhan, todo esta bien, tranquilo- dijo acariciando el rostro que ya derramaba lágrimas.
Aquello no se detenía, por lo que con cuidado se acomodó en la cama atrayendo el cuerpo de Zhan al suyo abrazándolo firmemente como las otras ocasiones – Zhan, tranquilo, estoy aquí. No estás sólo. Todo está bien- murmuraba una y otra vez.
Zhan abrió los ojos con trabajo, su respiración era pesada y apenas enfocó el rostro de Yibo giro su rostro para esconderlo entre el cuello del menor – Yo lo maté-. Sollozó con voz rota que le heló la sangre a Yibo – Yo maté a Fanxing... es mi culpa.
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Bailarín de Medianoche
Fiksi PenggemarEn las redes apareció un extraño personaje al cual apodaron El Bailarín de Medianoche. Apareció de la nada; una noche comenzó a bailar justo a la media noche. Sus movimientos, sus canciones y su voz eran hipnotizantes. No buscaba dinero, ni fama o p...