15. Fan

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Cada vez que Zheng Fanxing hablaba sobre su vida, siempre comenzaba por el relato sobre el día en que había conocido a su hermano mayor, Xiao Zhan.

Temeroso por el gran cambio que significaba dejar un acogedor, pero humilde orfanato y llegar a una enorme casa llena de cosas lujosas lo hacía temblar de pies a cabeza. Sentirse insuficiente ante el gran futuro que su "padre" le había pintado cuando se presentó frente a él para decirle que lo adoptaba lo carcomía por dentro.

Todo mundo siempre lo había alabado por su gran talento musical y su don al bailar, pero él no se sentía diferente a los demás niños que vivían con él. Cuando le informaron que tendría un hermano mucho mayor, empeoró su sentimiento de inseguridad, pues no podría competir contra el verdadero hijo de aquel poderoso y rico hombre, aunque todo quedó en el olvido cuando un apuesto joven lo abrazó y le tendió un ramo de flores, sonriéndole de forma tierna. Fue entonces cuando Fan por fin, se sintió parte de una familia.

Después de eso, todo fluyó con suma facilidad. Aquella nueva familia no sólo le ofrecía un hogar, sino también el cumplir con su sueño y él se esforzaba en exceso por no defraudarlos. Zhan y Fan convivieron como verdaderos hermanos, Fan le enseñaba a bailar las coreografías que inventaba y tocaba para él las canciones que componía. Entonces llegó aquel día que iniciaría su infierno personal.

Fue una presentación privada, el objetivo era conseguir algunos patrocinadores, tanto para su carrera como para la compañía de danza. También era el día en que su adorado hermano mayor partiría por un largo tiempo y por despedida decidió dar todo de sí en una función que dejaría a más de uno con la boca abierta y a otro, muy en particular, interesado en algo más.

Despidió a Zhan en el aeropuerto con la promesa de que a su regreso, él sería toda una estrella.

Un par de meses después, su padre llegó con la idea de hacer otra presentación a sus colegas de la empresa, un espectáculo para celebrar un negocio muy importante y que Fan se sintió feliz de complacer al hombre que consideraba su padre.

Zheng Fanxing era un adolescente hermoso, con su rostro aún con rasgos de la infancia en él y unos enormes ojos brillantes que cautivaba a la vista y una inocencia que le costaría muy caro. Le sorprendió mucho ver que en aquella sala sólo estaba presente su padre, su instructor y otro sujeto. Sólo ellos tres, no había nadie más en el recinto.

Al terminar, su padre le dijo que esperara en una habitación, él aún tenía unos asuntos que terminar. Todo parecía normal, excepto por la expresión en el rostro del hombre mayor que lo miraba con arrepentimiento, e incluso antes de cerrar la puerta tras él le indicó con una voz extraña "todo saldrá bien".

Fan sintió su corazón martillar con miedo dentro de su cuerpo, las manos le sudaban y no podía mantenerse quieto en un solo lugar, a los pocos minutos, el socio de su padre entró cerrando con seguro la puerta tras él. "Realmente eres hermoso" le dijo justo antes de arrancarle la ropa y el alma.

Al día siguiente, el señor Xiao sacaba a un Fanxing inconsciente y desnudo, con varias marcas en su cuerpo y el rostro golpeado. Fan tardó dos días en recuperar la conciencia y purgar de su sistema las drogas que le habían sido suministradas. Recordaba con pavor algunas escenas confusas pero lo suficiente para comenzar a destruirlo.

Y así fue como comenzó su infierno, cada mes era vendido por aquel que llamaba padre. Las suplicas de aquel hombre por aceptar aquellos encuentros pronto se convirtieron en amenazas. Le prohibió hablar con Zhan a cambio de guardar el secreto de su "comportamiento" frente a sus colegas y Fan temeroso de ganarse el desprecio de su hermano mayor guardó silencio. Fan era sólo un niño y no encontró la salida. Rompió con Yubin sin atreverse a contarle que era lo que sufría y así su vida se apagó poco a poco, hasta tocar fondo.

Aquel día en que ya no pudo más, intentó comunicarse con Zhan, no para pedir ayuda, si no perdón y despedirse. Tomó de una sola vez todas aquellas drogas que ahora le suministraba su padre para poder controlarlo, entonces marcó a Zhan, una y otra vez. Cuando sus sentidos comenzaron a anublarse, escribió aquel mensaje dejándose llevar por el olvido, por la muerte. Ya no regresaría a aquel infierno.

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-La compañía adquirió enormes deudas por una mala inversión del señor Xiao- explicaba Ziyi a Yibo en voz baja. Zhan estaba durmiendo después de aquella crisis. Haikuan y Yubin escuchaban todo en silencio – Estuvo a punto de perder todo, fue entonces que uno de sus socios le ofreció dinero a cambio de Fan. Él vendió a su hijo a cambio de su empresa. Zhan descubrió todo y encerró a los involucrados, incluido al señor Xiao.

-Incluso el mismo fue a "entregarse"- comentó Yubin sin ocultar su tono de molestia – argumentando que Fan había muerto por su negligencia.

-Las autoridades obviamente no lo acusaron, legalmente, el señor Xiao era el tutor y responsable de Fanxing, aunque Xiao insistió mucho en ese aspecto. Armó tanto escándalo que terminaron por mandarlo a terapia. Con el paso del tiempo, después de haber luchado por justicia para Fan, Zhan simplemente cayó, una y otra vez en diferentes problemas.

-Ese idiota lo que busca es matarse- recalcó Yubin- Y por lo visto, está a nada de lograrlo.

-Eso no va a pasar- rebatió Yibo poniéndose de pie encarando al chico- Lo que le pasó a Fanxing no es culpa de Xiao.

-A caso crees que no lo sé- le contestó Yubin.

-¿Entonces porque lo odias tanto?- preguntó Yibo confundido. Yubin no ocultaba su molestia para con el mayor.

-Fanxing amaba a Xiao Zhan con todo su corazón. ¿Cómo puede hacerle esto?- Yubin por primera vez dejaba ver la tristeza que llevaba por dentro - ¿Cómo se sentiría mi Fan si viera a su hermano tratar de matarse? Todos tuvimos parte de responsabilidad en lo que le pasó. Yo mismo no pude descifrar aquellos comportamientos que tenía cuando me acercaba a él y la ruptura. Yo tuve que haber sabido que algo malo pasaba y sin embargo acepté sus pobres excusas cuando comenzó a portarse tan extraño con todo mundo. Cuando me pidió alejarme, sólo lo hice sin hacer más preguntas, sin insistir por una mejor razón. Sólo me sentí despechado y lo dejé.

Yubin limpió aquellas lagrimas que salieron de sus ojos. Todos guardaron silencio sin saber qué decir.

Bailarín de MedianocheDonde viven las historias. Descúbrelo ahora