2. YiCity

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Era el tercer día consecutivo que asistía al dichoso bar sin que ocurriera nada extraordinario. La primera lluvia había caído pero el Bailarín de medianoche no apareció. Era el periodo más largo sin salir y Yibo temió que hubiera desaparecido, así como simplemente había aparecido. Aquel día la lluvia mojó el pavimento desde la tarde, pero a las 8 de la noche había dejado un clima húmedo y un tanto fresco. Algunos fans que habían acudido a aquel bar rogaban desesperados por verlo.

Yibo terminó su ultimo trago cerca de la media noche, tomó su chaqueta y salió un tanto desilusionado. Apenas pisó el pavimento encendió un cigarrillo, aquello sólo se lo permitía cuando la ansiedad le ganaba, justo como aquella noche, entonces el cielo se iluminó por un gran relámpago y caminó por la acera. Justo en la esquina había una gran camioneta estacionada bloqueando el paso de la calle, unas enormes bocinas estaban sobre esta y varias personas de negro se movían de un lado a otro cubriendo aquellos equipos de sonido con lonas.

Otro relámpago alumbró la avenida y una figura alta y delgada llegaba en una moto, le llamó la atención la gabardina que portaba. La primera gota cayó justo en su frente haciéndolo saltar en su lugar. La lluvia comenzaba a caer fría y entonces lo entendió, tenía que llover justo a la media noche para que apareciera como estaba ocurriendo en ese momento.

Con el corazón bombardeando se acercó al lugar al igual que varias personas que pasaban o salían de la puerta trasera del bar. La música comenzó a retumbar en las bocinas, la voz del Bailarín de medianoche era capturado por micrófonos esparcidos en toda el área y entonces aquel joven comenzó a bailar al ritmo de la música, era una melodía conocida, ya la había interpretado antes y pronto se vio acompañado de hombres y mujeres moviéndose en sincronía con él.

Yibo no pudo menos que quedar impresionado por lo que sus ojos contemplaban. La visión simplemente era mágica, aquel joven se movía como solamente lo hacen aquellos que bailan en la intimidad de su soledad, mantenía los ojos cerrados apenas consciente de que había gente mirándolo o con cámaras grabándolo y ovacionándolo.

El castaño tragó grueso por lo que estaba presenciando, no sólo eran los movimientos sensuales y expresivos en una danza armoniosa, todo él era extraordinario. Desde el rostro enmarcado por una cabellera plateada mostrando unas raíces negras, un perfil fino, ojos grises delineados de negro, labios resaltados de un rojo oscuro adornados con un sexy lunar bajo estos, usaba una camiseta sin mangas a juego con su cabellera, pegada a su delgado cuerpo y dejando ver en algunos momentos su delgada cintura y piel blanca, los huesos de su cadera sobresalían del pantalón negro que se pegaba a sus piernas, todo eso sumado a la lluvia que humedecía las prendas dejando resbalar gotas por su rostro, cuello y brazos pegando la tela aún más a su cuerpo. Yibo simplemente quedó flechado por lo que miró. Los videos no le hacían justicia, el Bailarín de medianoche era simplemente una aparición celestial.

Interpretó dos melodías en donde sus fans se turnaban para acompañarlo, entonces comenzó una tercera. Yibo la reconoció de inmediato, sólo la había interpretado en aquel video donde creyó haberlo visto llorar. Sus acompañantes dudaron en unirse cuando no reconocían del todo la melodía, entonces Yibo, como guiado por sus instintos se deshizo de su chaqueta, vestía una camiseta y pantalón negro, muy acorde a los demás bailarines y como si sus pies tuvieran voluntad propia se acercó hasta ponerse a su lado.

Yibo simplemente se dejó llevar por la melodía, como hacía cuando intentaba crear nuevas coreografías, como cuando simplemente bailaba en la soledad del estudio, recordaba un poco los movimientos del Bailarían de medianoche de aquel viejo video, por lo que tenía una idea de la esencia del baile. Luego sucedió algo mágico, aquel joven lo había mirado directo a los ojos, fue apenas unos segundos mientras cantaba una estrofa en particular:

"Por un momento borré todo

Sólo confiando en mi vista

Con asombro

Sólo te estoy mirando a ti"*

Desde ese momento en verdad todo lo demás desapareció, en un momento se encontró bailando solamente con él, bajo la lluvia intensa, sus movimientos se coordinaron siguiendo la música, siguiendo el ritmo del ojigris, entonces surgió otra conexión jamás antes vista, Wang Yibo se atrevió a tocar al Bailarín, primero sus dedos que se deslizaron fácilmente por la fría piel húmeda, pudo percibir el momento en que su compañero se estremeció y su piel respondió a su tacto, de pronto era una hermosa danza de dos, de algún modo Yibo logró conectar y comenzar a compartir un momento mágico, ambos se tocaban y sostenían siguiendo el ritmo, movimientos perfectos y coordinados.

En algún momento Yibo terminó tras el joven, sosteniéndolo de las caderas pegándolo a su cuerpo bailando de un lado a otro. La sensación fue exquisita, consciente de la piel tan fría y caliente a la vez, la lluvia mojando sus ropas creando una increíble sensación, la música a todo volumen con la dulce voz colándose por sus oídos. Los ojos del chico brillaban de manera especial, lo miraban profundamente cuando se conectaban en medio del erótico baile, porque sí, aquello estaba elevando rápidamente la temperatura de ambos cuerpos hasta que la canción llegó al final y con él, Yibo terminó con aquel joven entre sus brazos con una pierna de este enredada en su cadera y su mano sosteniéndola en aquel lugar.

Se miraron a los ojos con la respiración agitada por los movimientos. Se escuchó un clic y las luces se apagaron de repente. Yibo se vio sostenido de la mano y guiado por la calle en medio de la oscuridad y la lluvia que hacía sonar sus pasos y entonces se percató del escándalo de la multitud que dejaban tras ellos.

Fue llevado a un callejón sin que fuera capaz de pronunciar palabra, sintió un tacto helado sobre sus labios, tacto que se entibió de inmediato cuando respondió al beso demandante al que estaba siendo sometido, una lengua se deslizó entre sus labios ágilmente elevando la profundidad del beso al igual que la temperatura de ambos cuerpos. Por instinto sostuvo a la delgada figura frente a él deslizando sus manos debajo de la camiseta mojada. Apenas si era consciente de que la lluvia seguía cayendo sobre sus cuerpos, pero no sentía nada de frío, al contrario. Unas manos tocaban su piel incendiándola al momento.

No supo cómo es que el Bailarían de medianoche terminó entre sus brazos, con las piernas enredadas en su cintura y él embistiéndolo sobre la ropa contra la pared. Escuchaba melodiosos jadeos muy cerca de su oído cada vez que arremetía con fuerza. La experiencia era única. No habían intercambiado siquiera una palabra, pero de pronto se encontraban ahí, frotándose entre sí sin recato, entonces todo se volvió un poco confuso.

Los labios del Bailarín de medianoche reclamaron los suyos, su lengua se enredó con la ajena, pero había un sabor extraño que explotó dentro de su boca, sus sentidos se embotaron, todo fue confuso de un minuto a otro, después se vio en la cama de un hotel, o lo que supuso era uno, con aquel chico debajo suyo gimiendo y besándolo mientras él lo seguía embistiendo rudamente. Yibo apenas recordaba con dificultad haberse subido a la motocicleta del Bailarín, ni hablar de haber entrado a un hotel o dónde estaban realmente, pero aquello no importaba ahora. Estaba experimentando el sexo de una forma demasiado intensa como para preocuparse por todo lo demás por lo que siguió con lo que estaba haciendo, aunque había una nubosidad en su mente que no le dejaba apreciar todo de forma clara, aún así se sentía de maravilla aquello que estaba haciendo... hasta que en un momento aquella nube logró atraparlo completamente. Antes de rendirse a la oscuridad que lo consumía paulatinamente vio al Bailarín de medianoche, su hermoso rostro estaba cubierto de lágrimas. En el fondo de su mente se inquieto al temer que él las hubiera provocado, quizá lo había lastimado o hecho algo malo, pero no pudo ahondar más en eso pues sus ojos y su cuerpo se rendieron a aquello que lo devoraba cayendo en una pesada oscuridad perdiendo el sentido de todo.

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*Move. Taemin

Bailarín de MedianocheDonde viven las historias. Descúbrelo ahora