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La felicidad se apoderó de mí, pensé que no iba a querer "arriesgarse" de esa forma, pero me equivoqué.

Iba a volver a pasar la noche con el amor de mi vida, y a pesar de que esa sería la última en mucho tiempo, estaba muy feliz de poder dormirme a su lado otra vez.

Hablamos de muchas cosas, de nosotros, de nuestra "relación" que aún no era nada oficial porque no le habíamos puesto nombre, y lo más difícil, de nuestro pasado.

Ambos contamos cosas que de una u otra forma nos marcaron, y a pesar de revivir esos momentos, se sentía muy bien tenernos ese nivel de confianza.

Me sentía completamente segura con él, cada momento a su lado se sentía infinito, pero en el fondo sabía que muy pronto se terminaría.

– No quiero alejarme de tí... Nunca– murmuré abrazándolo fuerte.

– Yo tampoco, pero es inevitable– respondió dejando un beso en mi frente – Tienes que verlo de esta forma: no podemos detener nuestras vidas por el otro, tenemos que avanzar hasta llegar al momento en que ya no exista la necesidad de estar a miles de kilómetros... Hasta que podamos despertar juntos cada día– agregó tomando mis manos.

– Te quiero demasiado, Erick– sonreí – Eres por lejos lo mejor que me ha pasado, nunca pensé que ibas a convertirte en alguien tan importante para mí... Lograste juntar cada pedazo de mi corazón, al que tantas personas rompieron, y eso te lo voy a agradecer siempre– agregué tomando su carita.

– Estoy completamente enamorado de tí– dijo haciendo lo mismo – Tienes mi corazón en tus manos, y en vez de asustarme, me tranquiliza que seas tú, porque se que harás todo por cuidarlo, igual que haré yo con el tuyo– agregó.

Sellamos ese hermoso momento con un beso, el que fue interrumpido por el sonido de un vehículo.

– Viene mi tía, no sé qué estaba pensando cuando se me ocurrió la idea de que te quedaras– dije nerviosa – Escóndete en el espacio que queda entre la otra cama y la pared– agregué señalando la cama de mi primo.

Erick se levantó e hizo lo que le dije, a los minutos después la puerta principal, que estaba literalmente al lado de la pieza, se abrió.

Pasaron unos segundos y abrió la de la pieza, yo estaba un poco tiritona por los nervios, pero iba a hacer mi mayor esfuerzo por no ser descubierta.

– ¿Estás durmiendo?– susurró, eran como las 11:30 de la noche.

– No– reí – Imposible quedarme dormida en esta casa gigante en medio de la nada estando sola– agregué un poco nerviosa.

– Perdón por demorarme tanto pero pasaron mil y una cosas y recién me desocupé– suspiró con una clara cara de cansancio.

– No te preocupes, igual me entretuve hoy– dije con una sonrisa.

– ¿Ah sí?, ¿Y qué hiciste?– preguntó curiosa.

– No mucho, jugar y hablar por llamada con la Ro– respondí indiferente.

– Ahhh que bueno, ¿Vayamos a comer algo a la cocina?– preguntó saliendo de la pieza.

Asentí, me paré de la cama y antes de seguirla fui a ver a mi hombre que estaba botado en el suelo.

– Ya puedes salir– susurré – Quédate acostado mientras, mi tía nunca entra a la pieza si yo no estoy, pero de todas formas si llega a venir yo voy a empezar a hablar más fuerte, para que estés atento y te escondas– agregué.

– Bueno– dijo levantándose del suelo – Provecho– agregó sonriendo.

– Me encantas– dije mientras salía y cerraba la puerta.

𝐀𝐧𝐝 𝐢𝐟 𝐰𝐞 𝐭𝐫𝐲? || 𝐸𝑟𝑖𝑐𝑘 𝑃𝑢𝑙𝑔𝑎𝑟Donde viven las historias. Descúbrelo ahora