Lo tomé ansiosa, sentí cómo los nervios recorrian todo mi cuerpo, porque si dejábamos de lado el contexto, me estaba llamando la persona que anhelaba conocer desde muy chica.
Tomé aire y contesté.
– ¿Aló?– aclaré la voz.
– Hola Feña, recién ví tu mensaje, ¿Estás bien?– preguntó preocupado.
2 cosas, Eduardo Vargas me digo "Feña" y además me preguntó cómo estaba, si las circunstancias fueran otras estaría gritando.
– Creo que es imposible estar bien mientras tengo la incertidumbre de que el amor de mi vida puede estar... Ya sabes– una lágrima se deslizó por mi mejilla.
– Me imagino... Yo no sabía nada, nos llevamos súper bien y todo, pero él es como más reservado entonces no tenemos contacto muy frecuentemente, así que de verdad muchas gracias por haberme avisado. Yo ya llamé a algunos conocidos, y buta, no sé cómo decirte esto– se quedó en silencio.
– La duda es mil veces peor, ni te imaginas cuántos escenarios han pasado por mi mente, así que no te preocupes, ya estoy preparada– me senté nuevamente.
– Ya mira, llamé a Nico González, que es uno de sus amigos en el club, y me dijo que hoy tuvieron entrenamiento y... El flaquito no llegó– su voz se quebró.
En ese momento me di cuenta de que no, no estaba preparada en lo absoluto. Sentí cómo la vida me golpeaba una vez más, no sabía que había hecho mal, porqué estando en el suelo seguía recibiendo noticias que me hundían aún más.
Me puse a llorar, solté el teléfono y me tapé la cara. Cristóbal, que estaba presenciando todo, lo tomó y le habló a Edu.
– Hola, para que quedes tranquilo, soy un amigo de la Feña, ahora sus papás no están así que la estoy acompañando, está destrozada así que dudo que te vaya a decir algo más, cuando se calme un poco le diré que te llame– me miró triste.
– Cuídala por favor, es lo único que te pido– se despidió y colgó.
Dejó mi teléfono a un lado y se acercó a mí, sin dudarlo me abrazó y se quedó ahí por un largo rato.
Eso era lo único que necesitaba, saber que aún estando en lo más bajo que podía estar, lo tenía a él, un soporte para evitar que siga cayendo.
Él no entendía nada, y si yo estuviera en su lugar sería igual, porque acababa de ver cómo hablaba con Eduardo Vargas como si fuera lo más normal del mundo.
No sé cuánto tiempo habrá pasado, pero no quería separarme de su abrazo, era como que de a poquito juntaba los millones de pedazos en los que estaba mi corazón, y aunque no solucionaba nada, el solo hecho de tenerlo ahí me hacía sentir que no estaba todo perdido.
– Supongo que quieres explicaciones– reí sin soltarme de él.
– Sólo si te sientes capaz de dármelas, no te presiones– respondió suave.
– Creo que me va a hacer bien recordar todo lo bonito que he pasado con él– cerré los ojos mientras sentía cómo mi corazoncito volvía a llorar.
Cristóbal asintió.
– Cuando lo conocí fue todo tan lindo, porque jamás se me hubiese pasado por la mente que mi mayor sueño se iba a hacer realidad– di una sonrisa nostálgica.
– Pero... ¿De quién estamos hablando?– preguntó dudoso.
– Jajaja, te juro que él me hizo sentir tan segura que creía que todo el mundo sabía de nuestra relación... Jamás me escondió, al contrario, siempre me demostró que estaba muy feliz de tenerme– sonreí – Es Erick, mi Erick– suspiré.
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𝐀𝐧𝐝 𝐢𝐟 𝐰𝐞 𝐭𝐫𝐲? || 𝐸𝑟𝑖𝑐𝑘 𝑃𝑢𝑙𝑔𝑎𝑟
FanfictionMi ídolo, el de los tatuajes infinitos, por el que hubiese dado todo para poder conocerlo y el que era la persona que veía imposible... Hasta que un día todo cambió. Me hizo ver qué los sueños si se cumplen, que el destino existe y que todos somos p...