Estaba ansiosa, cada vez era más difícil separarme del reloj, era 5 de octubre y solo faltaban unas horas para cumplir 18.
Como cada año, en mi casa ya habían empezado las celebraciones, durante la semana había recibido mucho cariño (cosa que amaba) y además algunas sorpresas.
Para qué hablar de mi relación con Erick, sentía que nada podía ser mejor, él era lo que siempre soñé y en serio nunca pensé que iba a llegar a la mayoría de edad con él a mí lado, y con todo mi futuro planeado.
Pero a pesar de todo, no podía evitar sentirme triste, no quería crecer, era consciente de lo que significaba y no sabía si estaba lista para empezar mi vida sola.
– Pero Fernanda, no vas a estar sola– rebatió mi mente.
En un par de meses más empezaría mi nueva vida, que era todo lo que siempre había soñado, viajar, conocer distintos lugares, estar junto al amor de mi vida, y sobretodo, ser feliz.
Pero para eso iba a tener que dejar atrás a mi familia, obviamente no del todo, pero sabía que más temprano que tarde iba a estar a miles de kilómetros de mi mami, ¿Qué iba a hacer cuando me enfermara? Esas veces que lo único que quiero es tenerla a mi lado porque siempre sabe exactamente qué hacer para que me sienta mejor.
O cuando tuviera algún problema, ya no iba a tener a mi papi para ayudarme a solucionarlo, no iba a estar ahí para hacerme reír, ni tampoco para subirme el autoestima.
Y ni hablar de todas las personas que no son mi familia pero son igual de importantes, mis amigas, mis amigos, mis conocidos... Iba a irme a un lugar completamente nuevo y me daba pánico.
– Aún falta para eso– rebatió mi mente por segunda vez.
El hecho de cumplir 18 significaba que me quedaba menos de 1 mes para salir del liceo, menos de 2 para dar la prueba, y luego de eso me iría a Italia.
A pesar de que había disfrutado al máximo cada día de mi vida, era imposible no extrañar todo lo que en un tiempo más solo sería un recuerdo.
Pero esta vez decidí hacerle caso a mi mente, no tenía necesidad de sufrir antes de que las cosas pasaran, porque era un caso hipotético, no tenía certeza de cómo sería todo a futuro, así que lo único que podía hacer era vivir el momento.
(...)
Eran casi las 12 de la noche, como cada año, no era capaz de conciliar el sueño por la emoción, pero esta vez ya no me sentía sola, porque estaba escuchando la voz del amor de mi vida y viendo su carita por el teléfono.
– Te extraño mucho– refunfuñé.
– Yo también a tí– dijo haciendo un puchero.
– Un buen pololo pasaría el cumpleaños de su polola con ella, ¿No crees?– alcé una ceja.
– Mi amor, ya hablamos de esto– respondió cabizbajo.
– Pero es que me da rabia, estás acá en Chile y no podemos estar juntos, ¿Cuánto tengo que esperar para darte un abrazo?– regañé.
– Sabes que el 7 es el partido, no puedo andar paseando, tengo que entrenar y prepararme para eso, quedan solo 2 días– contestó seco.
– Si sé, pero me molesta, ya no quiero seguir teniendo un amor a distancia, te quiero aquí– insistí.
– Pero Feña...– suspiró.
– No me digas así– lo interrumpí.
– Pero si así te llamas– objetó.
– No, para tí me llamo mi amor–
– Eres un caso– río.
– Así te gusto– sonreí.
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𝐀𝐧𝐝 𝐢𝐟 𝐰𝐞 𝐭𝐫𝐲? || 𝐸𝑟𝑖𝑐𝑘 𝑃𝑢𝑙𝑔𝑎𝑟
FanfictionMi ídolo, el de los tatuajes infinitos, por el que hubiese dado todo para poder conocerlo y el que era la persona que veía imposible... Hasta que un día todo cambió. Me hizo ver qué los sueños si se cumplen, que el destino existe y que todos somos p...