𝐀𝐧𝐝 𝐢𝐟 𝐰𝐞 𝐭𝐫𝐲? || 𝐸𝑟𝑖𝑐𝑘 𝑃𝑢𝑙𝑔𝑎𝑟

#21

> > > > Feña < < < <
Estas últimas semanas fueron maravillosas, nuestra relación mejoró exponencialmente, y eso que para mí siempre fue perfecta.

El 22 de septiembre fue un día precioso, movido pero precioso. Era nuestro primer cumplemes y a pesar de que lo pasamos separados, Erick se encargó de hacerlo inolvidable.

Desperté feliz, era un día importante para mí y lo único que quería era presumirlo. Tenía vistas las fotos que iba a subir a mi historia, mientras las elegía recordé cada momento juntos, cuando nos conocimos, nos escapamos, fuimos a la nieve, nos peleamos, nos arreglamos, se quedó a dormir conmigo, me pidió pololeo, nos despedimos y fue a buscarme al liceo en mi primer día de clases.

"Happy first month together💘" escribí en la primera foto, y luego subí varias más acompañada de algunos mensajitos pequeños.

Eran casi las 7 de la mañana, y por primera vez me levanté con energía para ir al liceo. Hice mis cosas y me fui a tomar colectivo, hacía mucho frío y sentía que en cualquier momento moría de hipotermia, porque podrían haber 100 grados bajo cero, pero no dejaría de ir con falda. Después de unos minutos pasó el que me servía asi que me subí y esperé a llegar al paradero.

Me bajé y caminé hacia la entrada, justo antes de llegar mi teléfono comenzó a sonar, lo saqué de mi bolsillo y vi mi notificación favorita.

📞Llamada entrante de Bebé😍

– Holaa– dije animosa.

– ¿Cómo está la luz de mi vida?– preguntó tierno.

– Feliz, muy feliz, ¿Sabes porqué?– contesté.

– Mmm ¿por qué?– fingió duda.

– Porque hoy cumplo un mes pololeando con el amor de mi vida– respondí presumida.

– Me imagino lo afortunado que debe ser él, cualquiera te querría a su lado.

– Te equivocas, la afortunada soy yo.

– No sabes cuánto te amo, gracias por este primer mes... El primero de muchos– agregó.

– Deseo de todo corazón que así sea, no es mentira cuando te digo que quiero pasar el resto de mi vida contigo.

– Y yo haré todo lo posible para que se vuelva realidad.

– Te amo tanto Erick, eres lo mejor que me ha pasado en la vida, nunca lo olvides.

– Y yo a tí Feña, tú me salvaste, le diste color a mis días, y aunque no lo creas, me diste una razón para vivir.

– Me haces tan feliz, te juro que no tengo palabras para describir lo que siento por tí... Pero ahora como la buena niña que soy, tengo que entrar a clases para no ganarme otra anotación negativa– reí.

– Bueno, te dejo entonces, que te vaya excelente y que tengas un día muy bonito, cuídate muchísimo mi amor– tiró un beso.

– Muchísimas gracias bebé, te amoo– colgué y entré al liceo.

El timbre había sonado hace unos minutos, así que tenía que acelerar el paso para no ganarme un sermón de la odiada (por mí) profesora de educación física.

Llegué a la sala y entré sin saludarla, podrán pensar que soy una irrespetuosa pero la verdad es que nuestra relación no era para nada buena y lo mejor era evitar cualquier tipo de contacto.

Después de unos minutos salimos al patio, hacía frío y por mi lesión en la espalda no podía (ni quería) hacer ejercicio, así que en poco rato ya me había convertido en el perchero de mis compañeros, cuidando polerones, celulares, botellas y mochilas.