🍑Cap. 24

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—Esto...¿Es para mi?...







Preguntó el argentino aún confundido, no podía creer que el surcoreano tenía un llavero con un pequeño peluche de sol colgando de este, sus ojitos brillaban de la emoción y, en medio de sus sentimientos levantó la mirada hacia el más alto.












Claro, ya que vivirás un tiempo aquí pensé que necesitarías las copias de mis llaves, y, como pasé por un local me pareció lindo darte el llavero como bienvenida ¿Te gusta?.









El latino sin dudarlo un segundo se lanzó a abrazar a su contrario, solo había ido al departamento del asiático a dejar sus maletas y se había llevado esa linda y grata sorpresa, por lo que, lo estrujó con toda la fuerza que tenía y le dio unas leves palmadas mientras sonreía ampliamente.









—¡Claro que si! Me encanta, es..es como..

—Un mini yo
—¡Un mini tu!.







Ambos se miraron por haberlo dicho al mismo tiempo por lo que, rieron nerviosamente desviando la mirada, quedándose unos segundos en silencio, dejando un ambiente un poco sofocante y tenso.










—Yo...debo volver, tengo que dar una última revisión

Claro, ve tranquilo, yo estaré aquí por cualquier cosa, y, y si vuelves solo puedes entrar, digo, con tu solecito, ya que, ya te di las llaves para eso, para que puedas entrar así, libre, como la maquina de café que todos usan en la empresa, ¡Perdón!, no quise decir que fueras así, usado por todos, no, no, todos te queremos enserio, todos te respetamos y-

—Coco.

—....¿Si?...

—Entiendo lo que querías decirme

O-oh...







Argentina sentía sus mejillas levemente sonrojadas por ver al asiático tan nervioso al punto de hablar rápido cosas sin sentido, por lo que, antes de que se volvieran a ver de aquella manera tensa, decidió irse de ese departamento, rumbo a su antigua casa con la intensión de auto darse una despedida.

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My old man Donde viven las historias. Descúbrelo ahora