🍑Cap. 18

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China, como cada día, de levantó y preparó para ir a su trabajo, usando un presentable y formal traje, y un costoso perfume, le gustaba ir así de elegante.

Agarró su maletín junto a sus demás pertenencias y bajó las escaleras notando como un cierto tarareo llamaba su atención, se acercó poco a poco a la cocina, notando como...ahí estaba el argentino, tarareando por lo bajo mientras ponía lo que parecían ser unas rodajas de manzana en su vianda.

Era claro que no esperaba verlo ahí, y mucho menos en el estado normal y ligeramente feliz en el que parecía estar.


-¿Amor?...oh, no te olvides de llevar tu almuerzo



Dijo el latino con una leve sonrisa, poniéndole una tapa a este para así, acercarse a su pareja, notando como éste se tardaba unos segundos en agarrar aquel plástico.


-Uh..espera, tu corbata está un poco chueca

Susurró el albiceleste con una total calma, acercándose un poco más al mayor para acomodarle dicha prenda, llegando a sonreír levemente una vez la vio mejor.

Así, se giró dándole la espalda para volver a lo suyo, poniéndose a lavar unos utensilios como hacia normalmente sin saber que...había dejado a un asiático bastante confundido, aún así, él rojizo optó por irse en silencio, saliendo de aquella casa y subiendose a su auto para irse a su trabajo.

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Argentina no iría ese día a trabajar, tenía mucho de que meditar y pensar...luego de haber llorado toda la noche anterior optó por darle una segunda oportunidad al asiático, aún faltaban tres semanas..solo tres semanas y de ahí daría por terminado todo.

En todos...en todos esos años que estuvo a su lado no lo vio sonreír ni una sola vez pero con aquella chica hasta se reía, claro que, aquello carcomia su alma, él lo había dado todo, no sólo como su pareja al prepararle lindos almuerzos sino también como compañero de trabajo, esforzándose y quedándose hasta altas horas de la noche solo para que viera que él también era tan trabajador como el...

Pero ya lo había decidido, daría su última batalla, muchas parejas que ya han vivido o han estado casados por tantos años minimamente habrían aceptado una infidelidad, y él tampoco sería la excepción.

Así, fue limpiando su casa, aquel lugar en el que tanto se había emocionado por ir a vivir cuando era más joven...lo cual, lo llevó a cuestionarse si había envejecido, ¿Acaso era por ello? ¿Ya no era joven y lindo como hace más de 7 años?

Se miró en un espejo que había cerca, tenía ojeras y los ojos un poco hinchados de tanto llorar pero...se veía igual.

Volvió a seguir con su limpieza mientras seguía haciéndose más preguntas sobre él por qué su pareja tomó aquella decisión.

My old man Donde viven las historias. Descúbrelo ahora