🍑Cap. 4

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Causa, ¿Pasa algo? Es la primera vez que te veo tan empeñado en hacer tu trabajo...





Decía Perú bebiendo de su taza de café desde su cubículo, mirando al argentino ir de un lado al otro para luego sentarse en su escritorio con bastantes papeles empezando a escribir en su computadora.





—La verdad, creo que me descuide un poco en mis deberes, y tratar de ganarle a Corea del Sur en el empleado del mes suena divertido





Contestó el albiceleste mientras tecleaba rápidamente, llenando unos formularios y viendo los informes que tenía en su parte de la mesa.

Lo cierto, era que Argentina intentaba entretenerse para dejar de pensar en su pareja, en su casi fallida vida amorosa y en sus deseos sexuales, llegando a imaginar que tal vez, solo tal vez, si China veía lo bien que le iba en su trabajo le pondría algo de interés.




—Corea del Sur es un hijo de puta manipulador, siempre sonriente y amable, me da escalofríos.

—A mi también, así que mínimamente ver que no sale como empleado de este mes sería entretenido, si eso pasa vayamos a beber ¿Dale?

Trato.





Ambos rieron chocando sus puños, disfrutando ese momento antes de volver a trabajar.

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—Qué...cansancio..





Dijo el menor mientras se masajeaba uno de sus hombros entrando a su casa, eran las 12 de la noche, bastante tarde a lo que solía llegar.





—China, ya llegue-...oh..



Argentina observó que las luces ya estaban a pagadas en la planta baja, se quedó callado y parado en la entrada, procesando un poco.

Todas las noches el se había quedado hasta tarde para esperar al asiático, viendo la puerta atento para así recibirlo con un abrazo y besos, para ayudarle a cambiarse de ropa y ofrecerle comida pero ahora...no había nadie dándole un poco de atención.





—Seguro...seguro el también vino cansado del trabajo




Susurró con una muy leve sonrisa, intentando convencerse a si mismo, cerrando la puerta para así, suspirar pesadamente, él sabía que debía entender a su pareja, que no debía presionarlo, que él...era simplemente así.

Sin más, subió las escaleras, entró a su habitación con cuidado de no hacer ruido, fijándose que el mayor yacía en la cama usando su computadora portátil, seguramente, viendo gráficos de la empresa.

Fue directo a su armario, dejando su bolso a un lado, empezando a cambiar su traje por su pijama, dándo la espalda hacia donde estaba el mayor en un intento de que le dijera algo, algún inicio de conversación pero...no lo hubo, lo único que había era un inmenso silencio en la habitación.

Así, una vez estuvo listo se fue a acostar a su lado de la cama, usualmente él se abalanzaria sobre China, lo llenaría de besos y lo abrazaría pidiéndole que ya vaya a dormirse temprano o a insinuarle que hicieran el amor pero él ya se había propuesto cambiar, así que, solo se acostó de lado, dándole la espalda al asiático mientras se acurrucaba con la sábana.

Notó como el mayor cerraba su portátil dejandola sobre la mesita de luz para luego acomodarse en la cama, claro que...El argentino cerró sus ojos, intentando dormir al sentir el espacio que había entre ambos en la cama, sabiendo que su pareja también le había dado la espalda para dormir.

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