02

293 25 2
                                    

Visualicé a los padres de Lit unos metros antes de llegar a donde estaban. Cuando me acerqué lo suficiente y ellos me miraron, pusieron una cara de terror impresionante. En especial su madre, quien se puso de pie rápidamente, dispuesta a enfrentarme.

¿Qué hacés aquí vos?—Se dirigió directamente hacia mí. Ignorando por completo la presencia de Ivo. Quien se quedó de pie, unos metros detrás de mí.

Quiero saber cómo está Mau—Le dije en voz baja y algo rota. No quería hacer un escándalo aquí, en una sala de hospital. Pero al parecer a ella no le importaba una mierda en este momento.

Y sí, me odiaba después de lo que le hice a su hijo. Era completamente comprensible.

A la mierda, ¿Cómo vas a querer saber algo de Mau vos?—Me dijo en un tono que se sentía similar a un millón de puñaladas directo al corazón mientras me miraba con completo desprecio y rencor—Andate de aquí o haré que llamen a seguridad—Me echó de la misma manera.

Pero yo tomé su brazo antes de que me diera la espalda y la miré con súplica en mis ojos. Estaba desesperado.

¿Qué me tocás?—Quitó su brazo de un movimiento brusco. Muy molesta.

Por favor, señora. Sólo quiero ver a Mau—Rogué, estaba completamente herido por la noticia de mi Mauro. Necesitaba saber que se encontraba bien. Mirarlo con mis propios ojos.

No está para recibir visitas ahora. No sé si te hayan dicho pero está dormido y no sabemos cuando vaya a despertar—Dijo y seguido me miró de arriba a abajo—Y no creo que lo primero que quiera ver al despertar sea a vos, así que andate ya y no vuelvas—

Acto seguido se sentó junto a su marido quien sólo me dio un vistazo y después la abrazó, porque había comenzado a llorar.

Sin darme cuenta, yo también lo estaba haciendo. Los miré fijamente pero en realidad estaba perdido. Sentí la mano de mi amigo en mi hombro y me resigné, no podría ver a mi Lit ahora. Ellos nunca me lo permitirían. Tendría que esperar a que él despierte y decida verme por su cuenta.

🫀

Ya han unos días desde que traté de visitar a Mauro en el hospital. Aún sigo en casa de Ivo. No puedo volver a mi apartamento, solitario y frío. No puedo. Simplemente no.

Lo mejor es que Ivo no tiene problema con tenerme aquí con él. Me ha ayudado y en el trabajo he dicho que estoy con problema en el estómago y me han dado los días libres.

Pero aún estoy destruido. No puedo pegar un ojo porque la imagen de mi Mau viene a mi cabeza. ¿Cómo estará?

Nuestros amigos me siguen diciendo que no hay noticias de que haya despertado. Eso me asusta muchísimo. No quiero que dure años en coma o que ya nunca vaya a despertar. No quiero que sus padres tomen la decisión de desconectarlo en algún momento.

Quiero que despierte y me quiera ver. Al menos quiero saber que está bien. No me importa ser su amigo ni su novio, ni nada en este momento. No es mi ex que está hospitalizado. Es la persona más importante en mi vida, y si algo llegase a pasarle...

Solamente quiero su bienestar, y nada más.

Mauro, tenés que comer hoy. Por favor—Ah, sí. No he comido desde hace días, y por más que mi amigo me ruegue, simplemente no tengo apetito. Me sirvo la comida y nada. No me entra, no puedo.

No puedo—Sé que él se preocupa por mí y por eso se molesta. Ojalá pudiera comer para que no lo hiciera. Pone su semblante enojado y se va.

Lamento mucho causar problemas.

Sigo acostado mirando hacia la nada. Una lágrima cae por mi mejilla. Me extraña, ya que ayer se me acabaron todas mis lágrimas. El dolor seguía en mi pecho pero de mis ojos ya no salía nada.

Veo que entra Ivo con una bandeja de comida. Seguramente no se irá de aquí hasta que me termine el último bocado.

—Andá, tenés que comer—Me reincorporó totalmente cansado y me siento para tomar la bandeja y disponerme a tratar de comer.

Ivo se sienta frente mío y se cruza de brazos mirándome en todo momento. Amenazante.

—Dale, wacho. No puedo comer si me estás mirandoMe quejo y frunce el seño.

No has comido aún si no te miro, gil—Dice con tono molesto—Dale, comé, la puta madre—

Suspiro pesadamente y empiezo a comer despacio pero seguro. Él me mira y suspira con alivio cuando nota que ya llevo la mitad del plato, así que se relaja y sale de la habitación.

Termino de comer y dejo la bandeja a un lado. Me acuesto y me siento algo mejor, dentro de lo que puedo estar. Me hacía faltar comer. Tenía como cuatro o tres días que no lo hacía.

Haber comido me ha dado sueño, así que cierro lentamente mis ojos y al fin puedo dormir. Eso tampoco lo había hecho desde que me enteré de lo que le había pasado a Mauro.

Narrador Omnisciente

Ivo entró nuevamente a la habitación. Quería hablar con Mauro pero lo encontró durmiendo plácidamente. No quiso molestarlo, ya que sabía que no había dormido por casi una semana después de saber lo de Lit.

Entró con cautela y cerró las cortinas para que no entrara la luz del sol, le colocó una manta encima a Mau para que no tuviese frío después, y apagó la luz. Estaba todo obscuro y adecuado para que Mauro pudiera descansar.

Lentamente salió y cerró la puerta tras de sí. Todo en silencio. Luego caminó hacia la sala y prendió la televisión.

Aunque en realidad no la estaba mirando. No podía prestarle atención ya que estaba muy preocupado por su amigo. Estaba muy mal cuando había terminado con Lit, había estado drogandose, saliendo y recayendo varias veces.

Él y sus amigos lo habían ayudado pero, ahora que Lit podría no despertar jamás. Podría significar una recaída aún más fuerte para Mauro. Es por eso que no lo había dejado irse a su casa en ningún momento.

Estaba planeando proponerle irse a vivir a su casa. Ser roomies. Para así poder estar más al tanto del estado de su amigo. Tenía que reunirse con los pibes y así poder todos juntos hablar de lo que podría pasar si Lit no despertaba.

𝐡𝐨𝐥𝐚, 𝐌𝐚𝐮! ; 𝐃𝐮𝐤𝐢𝐥𝐥𝐚𝐡Donde viven las historias. Descúbrelo ahora