07

178 16 4
                                    

Cómo le había dicho a mis amigos antes. Estuve por dos semanas, yendo todos los días al hospital a ver a Mau. Por supuesto, su mamá me había echado de ahí, una tras otra.

Pero lo que me reconfortaba es que sus padres se veían cada vez mejor. Ya no estaban nada afligidos y eso sólo podía significar una cosa, Mau estaba bien. Se estaba recuperando y va a seguir con su vida como siempre debió ser.

Al principio los chicos iban conmigo al hospital, pero no quería que tuvieran a los padres de Lit en contra por acompañarme, así que empecé a ir solo hace un par de días.

Me dirigía hacia allá, cada día tenía más esperanza de que la señora Monzón tenga compasión por mí y me deje verlo, aunque sea a través de la puerta de su habitación. Me da una enorme impotencia que me lo impidan. De verdad lo necesito.

Al llegar, sólo miré al padre de Lit sentado en la sala de espera. Lo que me dio ligera ilusión de que él sí me permita ver a Lit. Pues anteriormente, sólo había sido su madre con la que había hablado, porque al sólo verme, ella se acercaba a mí, cada vez más furiosa.

Con su padre no había hablado todavía. Y cuando era novio de Lit, ese señor me quería mucho. Yo lo sentía. Sentía el cariño que me tenía y siempre agradecí que me trataran como uno más de su familia, mientras la mía se estaba desmoronando.

Al instante me dirigí camino a él. Estaba a punto de tocar su hombro, ya que parecía estar durmiendo, pero de pronto una discusión que se aproximaba a donde estábamos, me lo impidió.

Quedé paralizado.

Pero, mamaaaaaá—Esa voz. Su voz. Mi Lit estaba aquí, a unos metros de mí y yo no podía siquiera moverme.

Poco a poco fui girando mi cuerpo (como pude) en la dirección que había escuchado su voz y entonces lo vi. Mis piernas flaquearon simplemente de haberlo mirado y no pude evitar soltar un par de lágrimas de alegría. Quería abrazarlo.

Ya te dije que no—Regañó su madre, quien al parecer estaba revisando algo en su celular, pues tenía la mirada fijada en el aparato. Lit estaba a su lado, parecía estar haciéndole un berrinche o algo parecido porque parecía muy desesperado y algo molesto.

También pude notar heridas en su rostro y un yeso en su brazo derecho. Quizá deba tener más heridas en el cuerpo que las cubre la ropa que llevaba puesta.

Se veía tan hermoso.

Me quedé viendo, no sé cuánto tiempo, estaba embobado en cada una de sus facciones. Como si fuese la primera vez que lo veía. Como si fuese amor a primera vista.

Cuando reaccioné, lo tenía de frente a mí. Casi jadeo de la sorpresa que me dio aquello, me miraba al rostro, abalizándome con una ceja levantada. Me dio miedo que él también fuera a echarme de aquí. Que estuviera tan molesto conmigo todavía que no quisiera ni verme. Al fin y al cabo, eso había dicho la última vez que nos habíamos visto.

¿Quién so'vo'?—preguntó de repente. ¿Qué carajos? No sabía qué decir. No sabía si era uno de sus chistes recurrentes y estaba fingiendo no conocerme. Igual, como dije, no sería la primera vez que Lit hace ese tipo de bromas.

Pero cuando miré que su madre levantaba rápidamente la mirada y la posaba sobre nosotros, y además se formaba en su rostro una expresión de completo pánico. Supe que algo no estaba bien.

La mujer se acercó rápidamente a nosotros y le ordenó a Lit que fuera a su habitación, poniéndose entre él y yo, dándome la espalda para que no nos viéramos.

Quedé helado cuando volví a escuchar la misma pregunta, pero ahora dirigida a su madre.

—Mamá, ¿Quién es él?—preguntó, ignorando lo que ella le estaba diciendo. Al mismo tiempo miré que estaba tratando de verme por los lados de su madre pero ella se movía en cada uno de sus intentos.

𝐡𝐨𝐥𝐚, 𝐌𝐚𝐮! ; 𝐃𝐮𝐤𝐢𝐥𝐥𝐚𝐡Donde viven las historias. Descúbrelo ahora