Colección de momentos, escenas, diálogos y pensamientos dramione llena de te quieros, te extraño, y otras cursiladas por el estilo.
Actualizaciones lentas.
Algunos de los capítulos se encuentran relacionados con otras de mis novelas, publicadas o...
Título: Poco tradicional. N de palabras: 2126. Advertencia: Ninguna.
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— No he podido evitar fijarme en tu peculiar atuendo- comentó entonces la señora Greengrass, tratando de sonar casual.- ¿Utilizas muy a menudo ese tipo de ropa? — Si lo que quiere saber es si habituó a utilizar faldas y vestidos tan exquisitos como los que llevan sus hijas, me temo que tendré que contestar que no.- Hermione fingió a la perfección una mueca de pesar. Comparó el precioso y delicado vestido de seda violácea de Astoria con su traje color crema de pantalón y chaqueta junto a una blusa granate. Definitivamente, prefería la chaqueta.- Por lo general prefiero tener un guardarropa en el que prime la comodidad para el trabajo. Además, tengo que administrar mis finanzas y no soy una gran admiradora del hecho de gastar por placer, puedo disfrutar de una tarde de compras con mis amigas o Narcissa sin problemas, pero no es mi actividad favorita. — ¿Quieres decir que Draco no te obsequia nada? ¿Ningún traje? ¿Ningua joya? — Mi hijo es un completo caballero Astoria, no digas sandeces- interrumpió Narcissa. Era más que evidente que esas mujeres trataban de incomodar a su futura nuera e implantar en ella la semilla de la duda, sin embargo, la castaña se manejaba bastante bien. Podía sentirse orgullosa de sus contestaciones.- Melania querida, ¿qué tipo de regalos te hacía a ti tu esposo? — Pues verás, un lindo vestido nunca... — Lucius gustaba de regalarme flores cada semana. Una vez que nos casamos, comenzó a cambiar esas flores por semillas y gracias a eso, hoy tenemos un hermoso jardín. — Realmente encantador- acotó Astoria con una sonrisa. — Sin ninguna duda, Draco ha aprendido del mejor.- Sonrió Hermione a la rubia, mientras se movía de tal forma que dejaba ver dos finas cadenas de oro colgando de cada una de sus orejas, obviamente regalo de su hijo.- Draco también hace eso en ocasiones, es un gesto verdaderamente romántico, sin embargo, comenzó hace un tiempo a regalarme un libro cada dos semanas. Confiamos en que en algún momento, nuestra biblioteca sea de las más completas de Inglaterra. — ¿Quieres decir que habrá boda pronto?- preguntó la señora Greengrass, sin terminar de ocultar la ansiedad en su voz. — Aún no hemos hablado de eso, pero es un lindo plan para nuestro futuro, ¿no cree? — Desde luego...
El silencio se instaló en la mesa a partir de ese punto. Las invitadas se miraban entre ellas al tiempo que la anfitriona y Hermione compartían miradas y sonrisas llenas de complicidad que ocultaban detrás de sus tazas de té. Realmente Hermione hubiera preferido una buena taza de café, pero no lo había dicho en voz alta, segura de que había algo preparado por la madre de su novio. Y no se equivocaba, pues en el momento en el que los tres hombres ingresaron en la sala, un elfo apareció con cuatro nuevas tazas y una cafetera, que sirvió pacientemente y tras un agradecimiento, se marchó. Lucius besó la mano de Hermione y la de su esposa, de la misma manera que hizo el señor Greengrass, evidentemente disgustado con la presencia de Hermione y la mayor parte de elementos relacionados con esta. Su traje de chaqueta y pantalón, su escote, su peinado poco cuidado, el hecho de que tomara café y no té como el resto de las mujeres y su origen eran algunos de los elementos que le disgustaban. Draco se demoró un poco más en tomar asiento, saludando también a las tres invitadas.