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Título: Cita a ciegas
Nº de palabras: 1525
Advertencia: A.U No magic. Fictober día 1

 Cuando Draco llegó a esa cafetería, no supo muy bien qué esperar

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Cuando Draco llegó a esa cafetería, no supo muy bien qué esperar. Honestamente, se sentía ridículo, apareciendo por primera vez en aquel lugar con un pañuelo rojo en el bolsillo de la americana. Un pañuelo rojo que la propia Nymphadora le había dado, porque a él no le gustaban particularmente ese tipo de complementos, y menos aún de ese color. Pero Remus y ella ya le habían dicho a la tal Hermione que su cita aparecería con eso en la solapa de la americana, igual que le habían dicho a él que llevaría una boina negra.

¿Por qué diablos estaba haciendo eso? Cierto, su familia estaba empeñada en que tenía que salir con mujeres de nuevo, rehacer su vida. La verdad, él también quería volver a salir con mujeres, y después del desastre que resultó el "cast" de su madre y su negativa total a salir con alguna empleada, la propuesta de Nymphadora no sonaba tan mal. Al fin y al cabo, su prima le conocía lo suficiente como para saber lo que buscaba o no en una mujer. Entonces, ¿por qué sonaba como una idea tan terrible?

No lo pensó demasiado y entró al lugar, haciendo sonar la campanilla de la puerta. Siempre le pareció gracioso aquel elemento y el cómo la mayoría de los clientes levantaban la cabeza un par de segundos para registrar en su mente al nuevo individuo. Dió una vuelta, apreciando los colores grises y decoración minimalista del lugar, lo cual le agradó bastante, y dió una segunda vuelta para registrar las caras (o cabezas), de las mujeres del lugar. Sólo una de ellas llevaba una graciosa boina negra que no terminaba de cuadrar con el resto de sus prendas, lo que se le hizo bastante divertido, especialmente por el cómo su largo cabello rizado parecía no estar de acuerdo con la adición de ese elemento.

La chica llevaba un bonito vestido de manga larga de color granate apagado, y entre las manos, un libro cuyo título no logró distinguir. Debió sentir su mirada, pues levantó los ojos de entre las páginas para mirarlo fijamente a los ojos sin ninguna expresión en el rostro, casi como si se encontrase molesta por haber interrumpido algún tipo de ritual sagrado. Draco no se dejó intimidar y sólo sonrió galante mientras avanzaba hacia ella, quien comenzó a fruncir el ceño hasta que le analizó más detenidamente. Pudo apreciar el momento exacto en que identificaba el dichoso pañuelo, borrando el ceño fruncido y reemplazándolo por una pequeña sonrisa de disculpa. Cuando llegó a la mesa, se levantó extendiendo la mano.

— El primo de Tonks, ¿verdad?- preguntó antes de que él aceptase la mano con un asentimiento.- Hermione Granger.

— Draco Malfoy.

La sonrisa de ella volvió a extenderse en sus labios y Draco se preguntó si alguna vez se cansaba de sonreír. Tomó asiento y levantó una ceja al percatarse de que en la mesa había una taza de café ya vacía junto al libro cerrado que ella estaba leyendo al momento en que él llegó.

— El tráfico estaba horrible- se excusó él, con una mirada significativa a la mesa. Ella sólo revisó el reloj y negó levemente con la cabeza.

— Llegué temprano, no te preocupes por eso. ¿Quieres pedir algo?

Colección DramioneDonde viven las historias. Descúbrelo ahora