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Título: Qué injusto.
N de palabras: 348.
Advertencia: Ninguna.

  Qué injusto era el mundo

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Qué injusto era el mundo. Por un momento pensó que después de tantos años, después de tantas guerras, de tanto dolor y tanta sangre, el mundo habría cambiado. Qué ilusa era... Todo seguía siendo igual. Quizás ahora, los que eran como ella ya no eran perseguidos. Quizás ahora, los que eran como él ya no gozaban de privilegios. Pero seguían perteneciendo a mundos distintos.

Mundos que se tocaban, que convivían. Mundos que cohexistían en el mismo tiempo y en el mismo espacio. Mundos que se apoyaban los unos en los otros para seguir adelante y entre los cuales, cada día, se desdibujaban más y más las fronteras. Mundos que, a ojos del mundo, jamás podrían llegar a ser uno sólo.

Ella no servía para eso. No lo entendía. No le veía el sentido. No lo quería.

Qué injusto era el mundo. Ofrecerle al hombre más perfecto que pudiera haber imaginado. Un hombre bien portado, elegante e inteligente, con el que podía compartir horas y horas de conversación. Un hombre guapo y cálido en el fondo, que mostrara un interés real en conocerla más allá de los mechones rebeldes y de su coraza de rata insufrible de biblioteca. Un hombre del que había quedado prendada desde el momento en el que se habían abrazado por primera vez.

"Tranquila. No merece la pena". Le había susurrado, mientras ella, entre sus brazos, se deshacía en llanto.

Qué injusto era el mundo, que parecía que conspiraba constantemente en su contra. Qué injustos eran los suyos, reprochando y reclamando sentirse traicionados por sus acciones. Qué injustos eran los otros, juzgando y mal hablando de sus acciones. Qué injusta era ella, ignorandolos y entregándose a su felicidad, descuidando las de ellos. Qué injusto era él, con su perfecta sonrisa y su traje bien abrochado, haciendo y exigiendo promesas de amor eterno.

Qué injusto era el miedo, acosandola cada noche, sin descanso. Amenazando con llegar y llevarse lo que más había amado.

Qué injusta la vida.
Qué injusto el mundo.
Qué injusto todo.

"Te quiero"
Sí, qué injusto.
"Yo también te quiero"
Pero qué perfecto.

Colección DramioneDonde viven las historias. Descúbrelo ahora