nido

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—¿vas a patrullar hoy? —Yoongi preguntó aunque podía adivinar la respuesta con solo ver a Namjoon comiendo helado por montones frente al televisor.

—Estos días ha estado calmado. Voy a saltarme la patrulla hoy —Se colocó la manta sobre la cabeza.

Eso era extraño viniendo del líder, incluso cuando llovía o nevaba Namjoon hacia sus patrullas sin falta.

—Buena noche entonces.

—Noches hyung.

Al llegar a las dos de la mañana, Namjoon, sintió frío y se fue a su habitación cerrando la puerta. Se colocó el primer suéter que encontró y se puso a dormir.

—Hyung, ya es hora de ir al colegio. ¿Estás despierto? —Jimin volvió a llamar, pero no tuvo respuesta.

—Yo les llevaré —Yoongi reunió a los cachorros y se marcharon.

Cuando regresaron en la noche, aún no había rastro del líder, y su puerta aún permanecía cerrada.

—Yoongi hyung, Namjoon hyung no responde. —Jimin y Yoongi eran los únicos en el segundo piso. Los otros dos cachorros estaban en el primer piso preparando la cena.

—¿Deberíamos forzar nuestra entrada? —Yoongi odiaría que alguien lo hiciera si él estuviera dentro de la habitación.

—Si mañana no se levanta irrumpimos —Decidió Yoongi, esperando que se tratase sólo de un resfriado.


La mañana siguiente llegó y Namjoon no se había levantado, por lo que Jimin y Yoongi abrieron la puerta con la llave de repuesto.

En la habitación había un caos extraño, muchas mantas y almohadas estaban dispuestas alrededor de la cama, y en el centro de todo Namjoon estaba dormido utilizando un suéter de color azul pastel. Había sobres de calmantes en la mesita de noche con varias botellas de agua.

Jimin se cubrió la boca por la sorpresa y recuperándose urgió al alfa a salir de la habitación que se resistió un poco. Asegurándose de cerrar la puerta detrás de sí.

El alfa tenía la pequeña boca abierta en un gesto de confusión.

Se dirigieron a la sala de estrategia, no podían emitir sonido alguno.

—¿Cómo? —Jimin fue el primero en preguntar en voz baja.

—Me sorprendería menos si hubiese descubierto que usa peluquín —Yoongi se sentó en su silla usual, apoyando los codos en las rodillas.

Jimin se mordía la punta del pulgar pensando y tratando de darle sentido a lo que había visto.

—¿Es un delta? No sentí olor alguno —Jimin le dio dolor estomacal solo de pensarlo.

—No lo creo. Hace más de dos meses me dijo que un alfa había intentado marcarlo... —Yoongi no sabía si era buena idea hablar de algo privado de otra persona —Entonces decidimos evitar una situación similar y ha estado usando el neutralizador de olores todos los días.

—¿Los delta anidan? —Jimin preguntó preocupado.

—No, hasta donde sé.

—Es culpa del alfa con olor a higos, el otro día le vimos con un omega y hyung actuó extraño —Jimin relato inusualmente serio, si alguien hubiera marcado a su hyung sería él.

—Tendremos que hablar con Namjoon.

Namjoon despertó adolorido, si bien, los dolores no eran tan fuertes como la vez que se desmayó en la lluvia, habían sido lo suficientemente molestos y agotadores para detener su rutina diaria.

Una mezcla de pesadillas febriles le acosaron de noche, en donde se veía cediendo a ser mordido en el cuello.

Se dio una ducha rápida y se volvió a colocar el neutralizador de olores.

Se sentía débil como si fuera a morir de hambre, revisó el reloj en la pared, casi era la hora en que los cachorros comenzaban a despertar. Sería un buen momento para hacer el desayuno para todos.

Escondidos en la sala Jimin y Yoongi se veían, sus expresiones eran idénticas, los ojos abiertos al máximo y la boca en gesto de sorpresa. Similar al ver a su amigo en el nido.

—Hyung~ ¿cómo le colocamos de nuevo el neutralizador?

Yoongi veía los carnosos labios del omega frente a él, estaba tan cerca que si se movía un centímetro lo besaría —Le diré que no se lo ha puesto, tu ve rápido a colocar el correcto al baño.

Fue una nueva experiencia el nuevo olor de su líder, era fresco y dulce. Era un saludable olor a omega.

—Namjoon olvidaste colocar el neutralizador —Yoongi se sirvió una taza de café para saturar sus sentidos con el olor.

—oh buenos días hyung, ¿en serio? podría jurar que me lo aplique después de la ducha... —Sonrió avergonzado —¿Podrías vigilar la sartén un momento por favor?

Se marchó aprisa.

Yoongi pensó en lo bien que olía, no sería extraño que aquel alfa se haya tratado de apresurar a marcarlo.

Su amigo corría peligro, medito mientras observaba el tocino y sentía la punta de los colmillos con la lengua. El olor seguro era embriagante.

La verdad sobre nuestro líderDonde viven las historias. Descúbrelo ahora