aterrizaje forzado

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Namjoon terminó de hacer pesas sentía como los brazos le quemaban.

Jimin le había dicho esa mañana que su trasero estaba más grande. Ciertamente había estado cediendo a más antojos que de costumbre y sus pantalones le incomodaban un poco a la cintura.

Todo se resolvería si hacía ejercicio.

Hizo una serie más. Luego se alistó para salir a patrullar. Era necesario para mantener el Territorio seguro.

Si pertenecías a una banda solo podías acceder a las ofertas de empleo de los negocios que estaban dentro del territorio de la banda.

Como líder tenía que vigilar que las bandas rivales no destruyeran el lugar. Un lugar limpio y seguro atraía a más gente dispuesta a poner su negocio en el territorio. Lo que daba más poder y hacía prosperar el área.

Había estado trabajando duro para que su territorio prosperase por cuatro años.

Parecía que era una noche tranquila sin conflictos ni intrusos. Se sentó en el muelle. Destapo un lollipop. Era una edición de ruleta de sabores, no sabías que te tocaría. Era adicto a los caramelos.

—fresa —No le parecía sorprendente, quizá fue una mala compra, suspiro.

—¿No te gusta la fresa? —Fue preguntado desde atrás.

—No la odio, pero podría ser mejor —Se levantó y acorraló al intruso, tomándole del cuello de la playera para sostenerlo y evitar que cayera al oleaje —Creí haberte dicho que no te quería ver de nuevo en mi territorio —lo vio retador, para su sorpresa, Jin no parecía verse afectado con su actitud intimidante.

El alfa de rostro lindo le vio dolido —No sabía que esto también era tu territorio

—Es verdad. A los de tu clase suele importarles una mierda esto.

—¿Mi clase? ¿a qué te refieres con "los de mi clase"? ¿y por qué se siente como si me estuvieras insultando?

—Ahora ya lo sabes. Lárgate —Lo soltó en el muelle de modo que no corriera peligro de caer.

—Pero he venido aquí incontable número de veces para poder encontrarte —Namjoon estaba llegando al límite de su paciencia.

—No me interesa ser tu sub. Espero te quede claro —Empezó a caminar. Mantener la distancia con los locos era siempre lo mejor.

—¿No sientes la conexión entre nosotros? —El alfa de pelo castaño le ignoraba

—Hyung solo quiero golpearlo. Mi puño en tu cara, ¿esa conexión? La única razón por la que no lo he hecho es que se nota que vienes de una familia con poder, y golpearte podría acarrear problemas innecesarios.

Un grito femenino recorrió la noche. Ambos corrieron en dirección del grito, ignorando sus diferencias hasta dar con la fuente. Un grupo de matones rodeaban a un grupo de chicas omegas, al escuchar las pisadas se giraron.

Namjoon conocía a la mayoría de las omegas, solían regresar a casa por esta hora después de entrenar.

—Parece que perdieron su camino y la cabeza. Por qué creen que pueden agitar sus penes flácidos en mi territorio —Se irguió tan alto cómo era, tratando de lucir más imponente y confiado.

Seokjin estaba con la boca abierta. Lo había escuchado en el escenario pero nunca creyó que pudiera usar ese lenguaje en la vida cotidiana.

—Namjoon, me tiene harto que aparezcas cada vez que encuentro algo interesante —El alfa no era ni de lejos tan alto y musculoso como el rubio —posees demasiado territorio para la poca cosa que eres —El que parecía ser la cabeza del grupo respondió con desprecio.

La verdad sobre nuestro líderDonde viven las historias. Descúbrelo ahora