Cuesta abajo

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—Tengo que irme —Dijo por tercera vez, pero no era capaz de dejar ir a su omega, que tampoco hacía intentos de alejarse de su abrazo.

—Tengo que despertar temprano mañana, será mejor que duerma, tengo que lidiar con los cachorros.

En contra de sus deseos se marchó después de que el omega entrara a casa. Su alfa interno estaba lleno de orgullo, había estado junto a su pareja, lo había marcado, lo había aceptado. Conducía feliz.

Estaciono y entró a casa, entre más pronto durmiera, el día siguiente llegaría más rápido.



Al haber pasado la media noche todos estaban dormidos, subió sigilosamente la escalera de metal, y se dejó caer en la cama. Sintiendo dolor por la mordida.

No entendía muy bien qué significaba la marca. Para ser sinceros nunca había querido hacer o mucho menos tener una marca.

Había visto con sus propios ojos cómo su madre se consumió por el corazón roto. Namjoon no sabía cómo, pero su padre había muerto pocos años después de que él naciera. Antes de eso su vida había sido cómoda, podía vagamente recordar días de pura alegría. Pero luego de perder a su padre, su madre empezó a marchitarse como una flor que no se riega. Ella, incluso en los días que había estado más enferma, siempre le decía que tener una marca era lo más hermoso que le había pasado.

Una marca era una responsabilidad importante.

Sentía su estómago agitarse con incertidumbre del nuevo camino que debía recorrer.

Ahora que conocía su debilidad como omega tenía que volverse diez veces más fuerte para proteger lo que tenía, lo que había conseguido después de tantas lágrimas.

Su familia, su territorio y ahora a su alfa.

Protegería a cada uno de ellos incluso incluso si moría en el intento.



Cuando bajó a la mañana siguiente esperaba ese tipo de reacción pero solo los menores lo hicieron. Jimin parecía incluso feliz, Yoongi aparentaba indiferencia.

Soobin parecía el más perturbado de todos. Esperaba que se lo tomara a bien.

—¿Hyung, cómo? —Taehyun silenció a Soobin saltando de alegría.

—Hyung... tu olor es... ¿Estás bien? —Namjoon agradeció a Taehyun por su preocupación, tranquilizando al omega.

—Me estoy muriendo de hambre.

—¿Soy el nuevo líder? —Soobin parecía el más afectado, su alfa le exigía ser el nuevo líder y proteger a su hermano.

—¿Acaso estoy muerto? —Namjoon le acarició la cabeza en condescendencia.

—Pero tú eres ahora un omega —Él tenía que llevar la responsabilidad.

—Siempre he sido un omega. Lo único que ha cambiado es que tú lo sabes ahora.

—Hice deliciosos panqueques, y planeo comerlos tranquilos —Yoongi gruño. Todos guardaron silencio y pospusieron su charla.

Después del desayuno el ambiente seguía tenso, pero Namjoon estaba decidido a seguir con su rutina de los domingos.

Se fue a poner su ropa de entrenamiento.

—¿Para qué entrenas? Nunca podrás compararte a un alfa —Soobin se burló en cuanto lo vio.

La verdad sobre nuestro líderDonde viven las historias. Descúbrelo ahora