Recelo

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—Ye! A quién nos volvemos a encontrar, el recién llegado a ese jardín de infantes ¿No es así? — un alfa un poco más bajo y fornido le llamó del otro lado de la calle. Seokjin decidió ignorarlo. Era el tipo que le dio la paliza, solo que ahora solo estaba acompañado por dos alfas jóvenes. Si deciden empezar una pelea ¿podría golpear a unos cachorros? francamente lo dudaba. Trato de caminar más rápido.

—No entregaste el mensaje como te pedí, tu líder no me ha contactado y yo no tengo mi tesoro aún —Las palmas le sudaban, sintió temor por volver a pasar por lo mismo —No debí de usarte a ti para enviar un mensaje —El primer golpe le envió al suelo —Encárguense de él —el hijo de puta había enviado a los cachorros a golpearlo.

Decidió cubrirse, incluso si los golpes dolían, no iba a morir por ellos.

—¿Eh? ¿Acaso me equivoqué y eres un omega? ¿No tienes orgullo como alfa? —El hijo de puta se atrevió a escupirle. —Será más fácil ir por esas omegas. Ese imbécil de Namjoon tiene demasiado territorio y un trasero muy lindo. Para qué quiere a un alfa como tú en su manada. Eres... acaso... su consolador personal... —Le pateo entre cada sílaba.

—Lárgate antes de que te mate —Seokjin no podía tolerarlo más. Si este bastardo quería pelear le haría arrepentirse de haber nacido. Había pensado que si dejaba todo atrás y no actuaba, todo pasaría. ¡Qué equivocado estaba!

—!¿Acaso crees estar en una posición en la que puedas decir eso?! Eres muy débil para ser tan engreído —Le dieron una patada en la cabeza que le hizo perder el sentido por un momento.

—Miren quién ha llegado a recoger su consolador personal —escucho unas pisadas ligeras acercarse.

—Pareces que eres muy valiente para entrar a mi territorio con solo dos cachorros acompañándote. Seguro escuchaste el llanto de los que envié al hospital. ¿Quieres ir a hacerles compañía?

Seokjin no podía ver ya que los alfas le bloqueaba el campo de visión

Se incorporó lentamente. Las patadas en la cabeza no eran broma.

Al llegar a casa encontró a los cachorros en el sofá, por la expresión de Jimin era fácil saber que Yoongi aún no había regresado.

—¿Hyung, ¿Crees que Yoongi hyung está bien? —Soobin preguntó ansioso. No sabía qué clase de discusión habían tenido entre ellos, todos tenían los ojos enrojecidos.

—Soobin, ayúdame a buscar algo en mi habitación....

—Hyung, no es justo que Soobin esté tranquilo después de que esto esté pasando por su culpa —Namjoon mordió su labio inferior inseguro de qué decir —Yoongi hyung, la está pasando mal... —Lágrimas escurren por las mejillas del omega mientras abrazaba el cojín del sofá.

La puerta se abrió en ese momento, la esencia de los dos miembros faltantes se hizo presente.

Yoongi iba cargando a Seokjin.

El corazón latía errático, pero sus miembros parecían congelados.

Soobin fue el primero en auxiliar y ayudar a cargar a Seokjin hasta el sofá. Un leve quejido se escapó de los labios.

Jimin se acercó a Yoongi. El alfa levantó el brazo y se detuvo en el aire antes de llegar a tocarlo, Jimin no dudó un instante en halar la mano y entrelazar sus dedos y acurrucarse entre los brazos del alfa.

Namjoon se acercó despacio hasta Jin, los morados en su rostro empezaban a formarse. Pensó en acariciar la mejilla pero le daba miedo causarle más dolor.

—Yoongi ¿Hyung, qué sucedió?

La verdad sobre nuestro líderDonde viven las historias. Descúbrelo ahora