Audrey
Son las nueve y media de la noche cuando me llega un mensaje de Clara, mi mejor amiga, diciéndome que habían quedado en una hora en la discoteca de siempre, le envié otro confirmando mi asistencia.
-Hija, deja el móvil, que estamos en la mesa.- dijo mi madre enfadada como siempre.
Estábamos cenando en el comedor de nuestra enorme mansión de Los Ángeles. En efecto mi familia es de las más ricas del país por lo que eso me convierte en una de las herederas más importantes y deseadas de estos tiempos, pero no os penséis que yo soy de ese tipo de chica, a mi el dinero no me importa al igual que el estatus en el que vivimos que nos posiciona en lo más alto de la sociedad por la cantidad de dinero que hay en nuestra cuenta bancaria. De hecho de tanta norma que me impusieron de pequeña a hecho que ahora a mis veintidós años no cumpla ni una. Mis padres no han podido convertirme en una 'princesa' como a las hijas de sus amigos, yo soy todo lo contrario, a mi nadie me somete a nada, porque Audrey Hamilton es un alma libre, quizá demasiado, que sabe aprovechar su belleza e inteligencia para conseguir lo que ella quiere.
-Yo ya he terminado, me piro, no me esperéis despiertos.- comente a la vez que me levantaba de la mesa para dirigirme a mi habitación y poder arreglarme para ir con mis amigas de fiesta.
-Audrey, tenemos que hablar, siéntete por favor. - me pidió mi padre con voz suplicante.
-Ahora no puedo, voy a llegar tarde.- conteste de forma cortante.
-Esto es importante, hija, haz caso a tu padre y siéntate- exigió mi madre.
Cuando mi madre se pone en ese plan es mejor hacerle caso porque sino puedo terminar castigada sin salir y por experiencia sé que no es muy cómodo escaparse por la ventana con un vestido corto y zapatos de tacón.
Hice caso y me senté.
-Está bien ¿Qué queréis?- pregunté con un tono de voz impaciente.
-Tú padre y yo hemos estado pensando en tu comportamiento y nos parece que ya no eres una adolescente de dieciséis años para comportarte así...-Corte a mi madre y salte.- ¿Ahora vais a decirme cómo debo comportarme? ¿Para eso me hacéis perder el tiempo?- Antes de poder seguir quejándome, mi padre intervino.
-Audrey, deja continuar a tu madre.- me calle y eso mi madre lo tomó como una invitación para seguir hablando.
-Hija, hemos decidido mandarte a vivir con Logan.
-¡Espera que! ¿Quién coño es Logan y por qué tengo que vivir con él?- ignoraron mi pregunta.
-Mañana cogerás un vuelo a Nueva York y vivirás en el ático de Logan Ross además de trabajar con él como su secretaria, él te lo explicara todo cuando le veas.- concluyó mi madre.
-¡Logan Ross! ¿El hijo de uno de vuestros amigos? ¿estáis de coña? - respondí súper cabreada.
-Exacto y tú avión sale a las once de la mañana así que ten cuidado a que hora llegas porque no vamos a permitir que pierdas ese vuelo.
-¡Joder Mamá! ¿Y por qué se supone que hacéis eso?
-Porque no podemos permitir que sigas con ese comportamiento, tienes que madurar y empezar una vida de mujer adulta y tu padre y yo creemos que es lo mejor para ti.
-¡Pero soy mayor de edad! ¡No podéis decidir por mi!
-Si mientras vivas bajo nuestro techo.- sentenció mi madre
-¡Qué os jodan!- exclamé a la vez que me levantaba de la silla y subía a mi habitación.
Una vez dentro de mi habitación fui a mi vestidor y estuve revolviendo entre cazadoras de cuero, vestido ajustado, cortos, escotados, de gala, hasta que di con el ideal. Si iba a ser mi última noche en Los Ángeles tenía que ser perfecta, para mi, claro. Esta noche va a ser mía, voy a bailar como nunca y voy a disfrutar de mis amigas y de Andrew como no lo he hecho hasta ahora.
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Más allá de lo racional
RomanceAudrey Hamilton es libre, rebelde e independiente. Nunca le han gustado los juegos de sus padres por eso ellos hartos de su comportamiento deciden mandarla a vivir a Nueva York, concretamente, a casa del hijo de unos amigos suyos, Logan Ross, un chi...