~ CAPÍTULO 19 ~

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Audrey

No sé cuantas copas tomé anoche con Logan ni que hora era cuando me despertó el sonido de mi teléfono.

Me levanté y me desperecé gritándole al teléfono que ya iba como si pudiera oírme.

 Cuando lo tuve en la mano no me molesté ni en mirar quien era, directamente conteste.

-¿Si?-pregunté.

-¿Audrey?- contestaron al otro lado de la línea.

-¿Mamá?¿Qué pasa?

-Es el abuelo, ha muerto hace unos minutos. ¿Por qué no has venido a verle? ¿No te lo dijo Logan? - dijo ella defraudad.

- Logan si me lo dijo, fui yo quien se negó a ir, en serio, mamá, después de todo lo que me hizo ¿Crees que iba a ir a verlo?.

-Era su último deseo, quería disculparse.

-Pues que se lo hubiese pensado mejor antes de venderme a una trata de blancas con solo dieciséis años.

-Cielo, todos cometemos errores.

-No, mamá, eso no fue un error, eso fue ambición, egoísmo e hipocresía. ¿O es que no lo ves?

-¿Vendrás por lo menos al funeral?- preguntó mi madre un poco desesperada.

-Eso no te lo crees ni tú, mamá y que te quede claro, no pienso volver a Los Ángeles nunca, estoy muy bien aquí.- concluí y colgué dejando a mi madre con la palabra en la boca.

Intenté volver a dormir pero la conversación con mi madre y este horrible dolor de cabeza me lo impidieron.

Me levanté y salí de la habitación con cara de muerta. Menos mal que hoy era sábado y no tenía que ir al trabajo.

Avance por el pasillo y llegue a la cocina donde estaba Sebastián.

-Hola.- le salude.

-Hola, Audrey.- se giró para mirarme y puso cara de horror.-¿Una mala noche?

-Mejor dicho un mal despertar ¿No habrá aspirinas?

-Espera un momento, ahora te traigo una, pero tomate un café, eso te ayudará a espabilarte.

-Gracias.-

Sebastián salió de la cocina y yo me serví una buena taza de café.

No tardó mucho en volver con una aspirina. Se acercó a mí y me la dio.

-Toma.

-Gracias, Sebastián.-

Él volvió a coger su taza que había dejado a medias y le dio un sorbo.

-Audrey, ¿Qué te pasa?-preguntó Sebastián con preocupación

-Nada de lo que preocuparse, en serio, es que hablar con mi madre no me sienta bien.

-¿Seguro que es solo eso?

-Te lo prometo.- dije con una sonrisa que me ayudara a convencerle.

-Pues te quería proponer una cosa.

-Soy todo oídos.

-Pues hoy es el cumpleaños de Kaden y Lexi le ha organizado una fiesta en su discoteca favorita.

-¡No me jodas! ¡Es su cumpleaños! ¿Cómo es que no me lo habías dicho antes? ¡Te voy a matar y a Lexi también!

Sebastián se rió en respuesta

-¿A qué hora es y dónde?- pregunté.

-Ahora te paso la ubicación y la hora.

-Genial, pero no os voy a perdonar que no me hubieseis dicho antes que es su cumpleaños, no tengo regalo y no sé qué regalarle.

Más allá de lo racionalDonde viven las historias. Descúbrelo ahora