Aquellas cortinas eran una maravilla, o eso pensaba Mikasa quien podía estar recostada en su cama, un domingo temprano, sin que la luz del sol pudiese golpearla directamente; y gracias a ello, era capaz de continuar acostada hasta que la pereza se fuera por completo, aunque probablemente volviese dormitar otro rato... o eso creía ella, pues escuchó que la puerta de su habitación fue abierta y unos pasos apresurados se acercaban con ímpetu.
— ¡Mika! ¡Despierta, Mika! —la voz de un infante le estaba taladrando los oídos.
— Oh, vamos... —se quejó negándose a levantar los parpados— dame unos minutos más... —se cubrió el rostro con la sabana.
— ¡Nooo! Mika, me lo prometiste —se quejó el niño, jalando la sabana.
Tom, de ahora seis años, tenía toda la razón. Aquel lindo día, era su cumpleaños y Mikasa le había prometido llevarlo al gran acuario de la ciudad de Trost, ya que el año anterior no había podido llevarlo por el proyecto que se le presentó en el trabajo.
— Tom —se dignó a destaparse y llamó su atención.
— ¿Te levantarás ya? —se ilusionó, pero parecía ser que ese no era el plan de la chica.
Mikasa lo sostuvo con una mano y lo atrajo hacia la cama, cubriéndolos a ambos con la sabana.
— Feliz cumpleaños, Tom —felicitó feliz, aunque con voz somnolienta.
— No es la forma en la que quería que me lo dijeras —se quejó.
— Vamos a dormir un poco más —le murmuró mientras le abrazaba para que no pudiera irse.
— ¡Nooo! ¡Mikaaaa, levántate! —Tom se retorcía para zafarse, no se iba a rendir— Llamaré a mi papá si no te levantas —mostró su móvil recién adquirido—, él dice que tiene un método para despertarte —era su última jugada.
La chica lo soltó y se levantó por cuenta propia. ¿Qué Eren tenía un método para despertarla? Claro que lo tenía, pero solo consistía en despertarla, mas no podría levantarse en un buen rato.
— Tú ganas —aceptó mientras se colocaba de pie y arreglaba su cama—. Iré a bañarme y estaré lista en una hora, tú también deberías alistarte —comentó viendo que el niño seguía en pijama.
— ¡Voy! —Tom salió corriendo por la puerta principal para volver al piso de abajo donde vivía.
Mikasa sonrió al verlo tan animado. Aquel niño que conoció hace casi dos años, ahora estaba mucho más grande y lindo. No se cansaría de decirlo, era muy adorable y le preocupaba volverse como Hange, quien siempre alardeaba de lo lindos que eran sus hijos. Le dio un escalofrío y decidió meterse a la ducha, ese día iba a ser largo.
***
— ¡Tom, no te alejes mucho! —avisó Mikasa cuando vio al niño correr dentro de aquel establecimiento.
— Tom... —llamó Eren a modo de regaño.
— ¡No me voy a perder! —exclamó y siguió corriendo.
Ambos adultos suspiraron, ahora tenían que estar más atentos porque eso de que no se perdería, no se lo creía ninguno; de hecho, Mikasa recordó que conoció a ese niño, precisamente, porque se había perdido.
— ¿Estás segura de que fue buena idea traerlo aquí? —preguntó Eren tomándole la mano y caminando tranquilo por el lugar.
— Bueno, se lo prometí... —respondió la chica— Además... creo que fue una idea estupenda —sonrió al ver al niño asombrado con aquellos animales raros de los estanques.
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El hijo de mi ex [Eremika]
FanfictionUniverso alterno.... Mikasa Ackerman, quien desapareció al finalizar la escuela, sin dar explicación alguna, ha vuelto a la ciudad de Shiganshina. Las cosas parecen haber cambiado para la chica de ojos grises, estaba claro para ella que nada...