Capítulo 2

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Sentía quedarse sin aliento al verla ahí, frente a él. Más de cinco años sin poder admirar aquel rostro delicado que expresaba apacibilidad. Tanto tiempo sin poder ver el grisáceo de sus ojos rasgados que solían llevarlo al séptimo cielo cada que se fijaban en él.

No sabía cuándo, aquel rostro angelical que solía tener, cambió a uno que denotaba madurez y, hasta cierto punto, sensualidad... ¡Espera! ¡¿En qué estaba pensando?! No era cómo que aquella mirada afilada lo atrajese o aquel cuerpo que se veia tan despampanante pese a usar una vestimenta sencilla... Golpe mental. Debía dejar de mirarla.

— Papá —llamó Tom sacándolo de sus pensamientos—, ella es la señorita que me trajo.

— Hola —saludó Mikasa con algo de timidez, esperaba verlo en la ciudad pero no pensó que sería tan pronto.

— Hola... —devolvió el saludo pero evitaba mirarla.

Mikasa lo interpretó como renuencia, quizás él aún estaba enojado porque ella se había ido sin decirle nada, ni siquiera habian terminado su relación, ¿Por qué fue tan inmadura?

— Lo siento, yo... —intentó disculparse pero fue interrumpida.

— ¡Eren! —llamó una voz femenina llegando por detrás del chico— ¿Era él? —preguntó hasta que vio a Tom en los brazos del castaño— ¡Mi niño! —exclamó recibiendo al pequeño en su regazo. Tom esbozó una gran sonrisa.

— Señora Carla... —llamó Mikasa al reconocer a la mujer, apareció una ligera sonrisa en su rostro sin darse cuenta.

— ¡Espera...! —se sorprendió la aludida— ¡¿Mikasa?! —exclamó— Dios mío, hija... ¿Cómo has estado? —bajó a Tom para que pudiese estar de pie por su cuenta y se acercó a la azabache.

— Iré a hablar con el oficial —anunció Eren y se alejó.

— ¡Estás tan linda! —halagó Carla admirando a la chica.

— Gracias... —respondió— Usted se ve tal y cómo la recuerdo.

— No me mientas —se rio—, desde que me volví abuela es cómo si muchos años hubiesen caído sobre mí. Pero dime, ¿qué haces aquí? ¿por qué no supe de tu regreso?

— Regresé hace poco, salí a dar un paseo y conocí a Tom —le sonrió al niño.

— ¿Tú trajiste a mi nieto?

— La señorita me ayudó a que no me llevara el señor malo —comentó el infante.

— ¿Señor malo? —preguntó preocupada.

— Hubo un extraño que quería hacerse pasar por el padre de Tom y llevárselo.

— ¿Qué? —se impactó Carla—. Debemos comunicarlo a la policía.

— Lo hice —afirmó—, fue una de las primeras cosas que hice cuando llegamos aquí.

— ¿Qué pasó? —preguntó Eren quien regresaba de hablar con el oficial a cargo de la estación.

— Al parecer alguien quiso secuestrar a Tom —dijo Carla con molestia, de solo pensar que por su descuido, su nieto pudo haber sido secuestrado, le generaba culpa y molestia.

— Tengo que comunicarlo...

— Tranquilo —interrumpió Carla—, Mikasa ya lo denunció, ¿cierto?

— Si... lo hice —aseguró.

— Salgamos de aquí —sugirió la mayor.

Los cuatro salieron de la estación de policía, cruzaron la calle y siguieron de frente. Pareciese que Mikasa los estaba siguiendo pero no era así, ella iba hacia su apartamento y solo caminaba a la par. Conversaba con Carla, aquella mujer era bastante habladora y no dejaba que se formara ni un solo silencio incómodo. Incluso Tom intervenía con comentarios infantiles que le causaban gracia, fue muy agradable estar con ellos. Con el único con quien no cruzó palabras fue Eren, él se mantuvo en silencio llevando al niño de la mano.

El hijo de mi ex [Eremika]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora