El hijo de mi ex [Eremika]

Capítulo 1

Dos días le había tomado desempacar sus cosas en aquel nuevo departamento, y ordenarlo de la manera en que Hange le sugirió. Volvía a su ciudad natal después de mucho pero no quiso regresar a la casa en la que vivió los primeros dieciocho años de su vida, le traía recuerdos que la ponían sentimental. 

Estando en el espacio principal de su nuevo hogar, observó el lugar que brillaba tenuemente, se veía todo tan iluminado... muy en contraste con su vida. Se sentía desanimada, esos días no eran los mejores para Mikasa Ackerman. Se cumplían exactamente seis años de la muerte de sus padres, pero no solo era eso, eran seis años desde que su vida había cambiado radicalmente. Y para empeorar las cosas, la agencia para la que trabajaba, le había llamado para manifestar el inconformismo que tenían con ella.

Mikasa había estudiado música y se había vuelto compositora. Su trabajo fue reconocido rápidamente y se hizo algo famosa por siempre componer melodías y letras que lograban llegar a la sensibilidad de las personas, apelando al lado melancólico. No la malentiendan, ella no solía ser la chica deprimida siempre, era solo que le salían más crear canciones que expresaran tristeza y le salía muy bien. Recibió halagos que le importaron poco, pero muchos le "sugerían" innovar en su estilo. 

Y lo hizo, empezó a componer canciones que trasmitieran otro tipo de sentimientos, pero sin duda, lo que más seguía destacando en ella era su modo original. Sin embargo, el motivo de regaño esta vez, no fue por su estilo, sino que se había atrasado en el boceto que debía entregar, fue aun peor después de que no estuvieron muy de acuerdo con el que entregó hace una semana vía correo. Ahora que había llegado a la ciudad, le exigirían mucho más.

Eran las cuatro de la tarde y decidió salir a caminar un rato, después de todo quería conocer un poco la ciudad y ver que tanto había cambiado en esos años que estuvo alejada. Mientras paseaba por las principales calles, pensaba en qué más hacer para mejorar esa partitura a medias que tenía. Estaba teniendo tantos problemas con solo la melodía que no quería ni imaginar cómo sería al escribir la letra de la canción.

Nunca había tenido un bloqueo de ese tipo, pero tambien era la primera vez que le pedían "esa" temática. La solista para la que debía componer esta vez, era una reconocida cantante de quien se sabía, acababa de nacer su primer hijo, y por ello, quería una canción que expresara la alegría de la maternidad.

Pensar en ello la llenaba más de tristeza que alegría. Las relaciones madre-hijo no eran lo suyo, y no porque ella no se haya llevado bien con su progenitora, al contrario, eran muy unidas, era por algo más... Realmente la ponía triste.

Se detuvo en el puente sobre el río. Era uno de sus lugares favoritos en su adolescencia, pero ahora solo le rememoraba esa vida en la que era feliz y que ya no tenía. Se apoyó en el barandal y miraba fijo el agua que corría quince metros abajo. Años atrás, contaban historias de cómo gente iba a suicidarse a ese lugar y era por eso que las personas evitaban pasar por ahí. Para la chica se volvió un lugar tranquilo y lo frecuentaba seguido, nunca vio ningún suicidio así que supuso que eran puros cuentos. Sin embargo, ahora realmente se preguntaba si pasaría algo así de interesante, ella quizás podría hacer que pasase...

Estaba tan inmersa en sus pensamientos que no se dio cuenta de la presencia de alguien más. Sintió un impacto en sus piernas que, junto a la poca estabilidad que tenía, casi la tiran hacia el río por lo que se sujetó fuertemente del barandal, ¡que era broma, aun no quería irse de ese mundo! Se giró inmediatamente para ver qué era lo que la había golpeado, y se encontró frente a ella, a un pequeño niño que la veía con angustia.

Ondas de color rubio miel cubrían parte de ese angelical rostro en donde unos redondos ojos brillosos, denotaban preocupación. El niño sostuvo fuertemente su falda plato de color vino que le llegaba hasta las rodillas.